martes, 4 de enero de 2011

Segunda Feria de Muestras de Finlandia (I)

También llamada Exposición Industrial de Tampere, fue la segunda feria de muestras a nivel nacional realizada en Finlandia, y el primer gran encargo construido tras finalizar su carrera, en cuanto al contexto de ferias y exposiciones se refiere.
La feria se celebró en el verano de 1922, entre los días 21 y 30 de junio, en la ciudad de Tampere, a medio camino entre Jyväskylä y Helsinki. Las cercanías de la iglesia de Alejandro se ocuparon con una serie de pabellones destinados a exhibir productos de la pequeña empresa. Los pabellones se agrupaban en forma de U, conformando una plaza rectangular alargada, en uno de cuyos lados cortos se encontraba el restaurante de mayor altura y cubierto por un baldaquino de lona sujeto por pilares de madera torneados acabados con banderines, aludiendo oportunamente al gusto predominante, una cierta tendencia (en continuación de arts and crafts) que entendía los motivos clásicos cercanos al arte folclórico.
Atendiendo a la disposición en planta, nos recuerda una cierta similitud con las racionales alineaciones de los campamentos militares formados con tiendas de campaña. Pero
si miramos con atención el restaurante, puede evocar a las haimas árabes, anárquicas en su ubicación en el territorio y con un comportamiento puramente nómada, mucho más cercano
a la permanencia efímera, atribuida a los pabellones en las exposiciones. Este eclecticismo
tiene su reflejo en los movimientos artísticos13 finlandeses del momento: es natural pensar que la influencia del clasicismo nórdico y, quizás, todavía alguna relación con el romanticismo nacional, estaban presentes en las primeras fuentes de inspiración de las que dispuso Aalto en este proyecto.
Los pabellones estaban construidos con una estructura de madera, compuesta por
postes verticales y tableros de madera prefabricados (elaborados por la empresa Enso) que formaban las paredes en un primer intento de construcción modular. Una franja de papel de pergamino separaba los paneles que formaban la fachada de la cubierta, formando una ventana corrida traslúcida que proporcionaba una tenue luz natural en su interior. Las puertas estaban acabadas en arco, contrastando con el ritmo vertical de los montantes estructurales de madera en unas fachadas lisas sin ornamentos.
Entre los pabellones e incluso en un mismo pabellón se producen constantes contradicciones: abundancia de ornamento frente a fachadas absolutamente lisas, construcción tradicional con pies derechos coexistiendo con la construcción moderna de paneles prefabricados, cubiertas artesanales de paja con fuerte pendiente en contraposición a otras de suave pendiente y acabadas seguramente con materiales metálicos. Esta abundancia de dualidades contrapuestas, además de ser un ejemplo palpable de las consignas del clasicismo nórdico, está anunciando también la llegada del funcionalismo a Finlandia que, aunque oficialmente no se produjo hasta el año 1928, Aalto comenzó a experimentar ya desde aquí de una manera primaria.

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