El diseño de estadios de tal forma que alberguen otros eventos deportivos y espectáculos recreativos incrementará su uso y mejorará su viabilidad financiera. El empleo de césped artificial contribuirá e esto último, por cuanto permite que la grama sintética sea utilizada y/o cubierta durante un número ilimitado de días sin deteriorar la superficie de juego.
Se constata un rápido aumento del uso de campos de fútbol para otros partidos durante la semana; asimismo, se emplean cada vez más para otros deportes como, por ejemplo, el rugby, el críquet o el fútbol americano. A veces, tales actividades son para espectadores, sin embargo, con mayor frecuencia revisten carácter recreativo y comunitario. Sin césped artificial, dichas actividades dañarían la superficie, la cual no estaría entonces en buenas condiciones para los principales partidos de fútbol del estadio.
Los estadios de fútbol pueden igualmente albergar diferentes espectáculos, tales como conciertos, festivales, teatro, ferias y exhibiciones. Algunos de estos eventos pueden realizarse sobre césped natural durante un breve periodo, sin embargo, el césped artificial permite conversiones más rápidas y menos costosas del uso futbolístico a otros usos, y viceversa.
Algunos de los factores clave que habrán de considerarse en caso de que se opte por otros usos son: fácil acceso al terreno de juego para vehículos, suministro de material y maquinarias requeridos para las conversiones, vestuarios adicionales para atletas y protagonistas, así como un depósito adicional al nivel del campo. Las posibilidades multifuncionales se incrementan igualmente mediante adecuados servicios de
infraestructura, incluyendo energía eléctrica y redes de agua adicionales.
Al integrar estos usos variables, es importante no cambiar el estadio al punto que ello cause un impacto negativo sobre su utilización primaria para el fútbol. Por ejemplo, alargar considerablemente el terrno para otro deporte o añadir una pista de atletismo alrededor del terreno de juego puede conllevar a que los espectadores de fútbol se encuentren demasiado lejos del terreno de juego y de la acción propiamente dicha,
menguando así su sensación de participar en el juego, y disminuyendo su emoción.
Frecuentemente, los proyectistas de estadios se ven obligados a aumentar las dimensiones del terreno o a incluir una pista de atletismo, lo cual a veces resulta inevitable.
Lamentablemente, ello conducirá a un proyecto menos exitoso que un estadio de fútbol construido específicamente acorde a las dimensiones de un terreno de fútbol.
Se propusieron y realizaron distintos ensayos con pistas de atletismo que no afectan el ambiente futbolístico del estadio, por ejemplo, asientos replegables a lo largo de las líneas de banda, tal como en el Estadio de Francia en París. Sin embargo, en la mayoría de los casos, su construcción y mantenimiento son muy costosos, y/o afectaron la estética de uno o ambos deportes. Por consiguiente, en un estadio moderno por regla general se debería evitar circundar un terreno de juego con una pista de atletismo.
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lunes, 14 de febrero de 2011
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