jueves, 28 de abril de 2011

CUESTIONES TIPOLÓGICAS (I)

La concepción de los hechos urbanos como obra de arte abre el camino al estudio de todos aquellos aspectos que iluminan la estructura de la ciudad.
La ciudad, como cosa humana por excelencia, está constituida por su arquitectura y por todas aquellas obras que constituyen el modo real de transformación de la naturaleza.
Los hombres de la edad del bronce adaptaron el paisaje a la necesidad social construyendo manzanas artificiales de ladrillos y excavando pozos, acequias, cursos de agua. Las primeras casas aíslan a los habitan. es del ambiente externo y les proporcionan un clima controlado por el hombre; el desarrollo del núcleo urbano extiende la tentativa de este control a la creación y a la extensión de un microclima. Ya en los poblados neolíticos hay la primera transformación del mundo a la necesidad del hombre. La patria artificial es, pues, tan antigua como el hombre.
En el mismo sentido de esas transformaciones se constituyen las primeras formas y los primeros tipos de habitación; y los templos y los edificios más complejos. El tipo se va constituyendo, pues, según la necesidad y según la aspiración de belleza; único y sin embargo variadisimo en sociedades diferentes y unido a la forma y al modo de vida.
Es lógico, por lo tanto, que el concepto de tipo se constituya como fundamento dc la arquitectura y vaya repitiéndose tanto en la práctica como en los tratados.
Sostengo, consiguientemente, la importancia de las cuestiones tipológicas; importantes cuestiones tipológicas siempre han recorrido la historia de la arquitectura y se plantean normalmente cuando nos enfrentaros con problemas urbanos. Tratadistas como Milizia nunca definen el tipo, pero afirmaciones como la siguiente pueden ser contenidas en este concepto: «La comodidad de cualquier edificio comprende tres objetos principales: su situación, su forma, la distribución de sus partes».
Pienso, pues, en un concepto de tipo como en algo permanente y complejo, un enunciado lógico que se antepone a la forma y que la constituye.
Uno de los mayores teóricos de la arquitectura, Quatremére de Quincy, comprendio la gran importancia de este problema y dio una definición magistral de tipo y de modelo.
[....] La palabra tipo o representa tanto la imagen de una cosa que copiar o que imitar perfectamente cuanto la idea de un elemento que debe servir de regla al modelo [...]. El modelo entendido según la ejecución práctica del arte es un objeto que tiene que repetirse tal cual es; el tipo es, por el contrario, un objeto segun el cual nadie puede concebir obras que no se asemejen en absoluto entre ellas. Todo es preciso y dado en el modelo; todo es más o menos vago ex el tipo. Así, vemos que la imitación de los tipos nada tiene que el sentimiento o el espíritu no puedan reconocer.

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