Hemos
indicado
muy someramente
estas
teorias para darnos cuneta de como al
comienzo
se
intento leer las posiciones
y
las
relaciones
de
las
diversas
partes
de
la
ciudad. A estas teorias se han añadido
muchas
otras,
pero
este
no
es
lugar
para
analizarlas. Ni tampoco quiero
refutar la teoria de Burgess; esta refutacion ya ha sido anticipada universalmente. De la teoria de Burgess
solo me apremiaba poner de relieve como la debilidad fundamental esta en el concebir las diversas partes de la ciudad como
meras transcripciones de una funcion
y
entender esta de manera
tan
estrecha
que
determina toda
la
ciudad
como si
no
existiese algun
otro
hecho
que
tener
en consideracion
Esta
concepcion es limtiada
en
su
concebir la ciudad como una serie de momentos sencillamente contrapuestos que se
resuelven
sobre
la
base
de
una
simple
normativa fundada en la diferenciacion, una concepcion de este tipo resulta demasiado limitativa
de los valores mas profundos que pertenecen a la estructura de los hechos urbanos;
a esta concepcion se opone en cambio la posibilidad de establecer hechos urbanos en todasu integridad, capaces asi de resolver una
parte
de
ciudad
de
manera completa,
determinando todas
las
relaciones que
se
pueden
establecer en
cierto
hecho. Desarrollare estas consideraciones ocupandome de la arquitectura de la ciudad porque
estas atienden finalmente a los fundamentos y al semblante de la ciudad
Del
enunciado
de
Buameister nos podemos
en cambio
valer
como de un enunciado cualquiera sobre
la
ciudad;
que
existen
zonas especializadas es indudable.
Podemos
llamar a
estas
zonas
caracterizadas; tienen
una
fisonomia particular; son
partes autonomas. Su disposicion en la
ciudad
no
depende
-o
no
solamente
depende-
de
las
diversas funciones coordinadas de las que necesita la ciudad, sino, principalmente, de
todo el proceso historico de la ciudad, por el cual esta es de aquel modo o tiende a ser de algun modo preciso segun su constitucion
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