Existe siempre el elemento generador del plano». Con esta reducción
Lavedan lleva el plano a su valor de elemento originario o de componente.
Podrá parecer que, en el intento de explicar
la diferencia entre un elemento primario y
un monumento, yo haya introducido otro argumento que, al fin, en vez de precisar
ha ampliado la argumentación. En realidad,
esta ampliación
nos
ha
permitido volver a nuestra hipótesis
de partida que habíamos analizado
desde diversos puntos de vista. La
ciudad no es por su naturaleza una creación que pueda ser reducida a una sola idea base; sus procesos de formación
son diversos.
La ciudad está constituida por partes; cada una de estas partes está caracterizada; posee, además, elementos
primarios alrededor de los cuales se
agregan edificios.
Los monumentos son, pues, puntos fijos de la dinámica urbana; son más fuertes que las
leyes económicas, mientras que los elementos primarios no Lo son en forma inmediata.
Ahora, el ser monumentos es en parte su destino; no sé hasta qué punto este destino
es previsible.
En otros términos: por lo que atañe a la constitución de la ciudad es posible
proceder por hechos urbanos definidos,
por
elementos primarios,
y
esto
tiene
relación
con
la
arquitectura y con la política; algunos de estos
elementos se elevarán al valor de
monumentos sea por
su
valor
intrínseco, sea
por una particular situación histórica, y esto se relaciona
precisamente con la historia y la vida de la ciudad.
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