Repito que el tomar la residencia en sí no
significa
adoptar
un
criterio
funcional
de
repartición de uso de las áreas ciudadanas, sino simplemente tratar de modo particular
un hecho urbano que es de por sí
preeminente en la composición
de la ciudad.
Creo,
además,
que
el
uso
del
término área-residencia en el sentido en que
ha
sido
ilustrado en las páginas anteriores puede relacionar el estudio de la residencia
con una teoría general de los
hechos urbanos.
La ciudad siempre ha sido caracterizada ampliamente por la residencia. Se puede decir que
no existen o no han existido ciudades
en las que no estuviese presente el aspecto residencial; allí
donde
este
aspecto tenía una función completamente subalterna en la
constitución de un
hecho urbano
(el
castillo, el
campamento
militar)
se
llegó
rápidamente a una modificación del todo a favor de la residencia.
No se. puede afirmar, ni mediante un análisis
histórico ni por descripción de la situación actual, que la residencia
sea algo amorfo, poco más que una zona cuya conversión
sea fácil e inmediata.
La forma en que realizan los tipos edificatorios residenciales, el aspecto tipológico que les caracteriza, está estrechamente
vinculado a la forma urbana.
Por otra parte, la casa, que representa
el
modo concreto del vivir de un pueblo, la manifestación puntual de una cultura, se modifica muy lentamente. Viollet le Duc, en su gran fresco de la arquitectura francesa ontenido en el diccionario en que todo juicio es sostenido por análisis
de
los
hechos
concretos, escribe que: «[...]
En
el
arte
de
la
arquitectura, la casa es, desde luego, lo que mejor caracteriza las costumbres, los gustos
y los usos de un pueblo;
su orden, como su distribución, no se modifica más que a lo largo de mucho tiempo».
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