viernes, 29 de junio de 2012

LA RESIDENCIA.


Repito  que  el  tomar  la  residencia  en   no  significa  adoptar  un  criterio  funcional  de repartición de uso de las áreas ciudadanas, sino simplemente tratar de modo particular
un hecho urbano que es de por sí preeminente en la composición de la ciudad.

Creo,  además,  que  el  uso  del  término  área-residencia  en  el  sentido  en  que  ha  sido ilustrado en las páginas anteriores puede relacionar el estudio de la residencia con una teoría general de los hechos urbanos.

La ciudad siempre ha sido caracterizada ampliamente por la residencia. Se puede decir que no existen o no han existido ciudades en las que no estuviese presente el aspecto residencial;  allí  donde  este  aspecto  tenía  una  función  completamente  subalterna  en  la constitución   de   un   hecho   urbano   (el   castillo,   el   campamento   militar)   se   llegó rápidamente a una modificación del todo a favor de la residencia.

No se. puede afirmar, ni mediante un análisis histórico ni por descripción de la situación actual, que la residencia sea algo amorfo, poco más que una zona cuya conversión sea fácil e inmediata.

La forma en que realizan los tipos edificatorios residenciales, el aspecto tipológico que les caracteriza, está estrechamente vinculado a la forma urbana.

Por  otra  parte,  la  casa,  que  representa  el  modo  concreto   del  vivir  de  un  pueblo,  la manifestación puntual de una cultura, se modifica muy lentamente. Viollet le Duc, en su gran fresco de la arquitectura francesa ontenido en el diccionario en que todo juicio es sostenido  por  análisis  de  los  hechos  concretos,  escribe  que:  «[...]  En  el  arte  de  la arquitectura, la casa es, desde luego, lo que mejor caracteriza las costumbres, los gustos
y los usos de un pueblo; su orden, como su distribución, no se modifica más que a lo largo de mucho tiempo».

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