Sin
embargo, si bien esta visión de Schumacher es exacta, también es necesario reconocer que la «villa»
participa
no
poco
en
las
trasformaciones tipológicas que conducen al edificio moderno. En los ejemplos berlineses tiene escasos contactos
con la casa unifamiliar inglesa; en la cual la definición corresponde a cierto tipo de estructura urbana y en el que la casa unifamiliar presenta una estructura residencial continua. La «villa» es en un principio una reducción del palacio (véase la
cita schinkeliana), después elabora cada vez más
la
distribución
interna,
la
racionalización
y
la
división
de
los
recurridos. En Berlín es importante
la obra de Muthesius, que desarrolla los principios de la casa inglesa en sentido
racionalista, dentro de la construcción, preocupándose de la funcionalidad y de
la libertad de los espacios
internos.
Es
significativo
que
estas
innovaciones
tipológicas
no
sean
paralelas
a
sensibles
modificaciones arquitectónicas; y que también a una mayor libertad
interna entendida como correspondiente al modo de vida burgués se acompañen una imagen monumental del edificio, una rigidación
propia
respecto
de
los
modelos schinkelianos donde está
marcada la diferencia
entre
una
arquitectura de los
edificios residenciales
y
la
de
los
edificios civiles. En este
sentido
son
típicas las construcciones de Muthesius que
representan a uno de los constructores más típicos
de villas berlinesas alrededor del año
1900.
Sus
preocupaciones
por
una
casa
moderna,
expuestas
también en su obra de teórico, consideran la estructura tipológica de la casa independientemente de su aspecto
formal, para el que se acepta una especie de neoclasicismo de tipo germánico; es decir,
con la añadidura de elementos típicos
de la tradición local. Precisamente al contrario
de los modelos
schinkelianos,
en
los
que
la
residencia
era la más
desligada de la representatividad y en los que los esquemas tipológicos de tipo clásico
no contrastaban con su
arquitectura.
Pero la introducción de elementos de representatividad en la arquitectura residencial de fin de siglo
es
una
característica típica de toda la arquitectura
de
aquel período; probablemente
corresponde a
condiciones de
estructura social
cambiadas y
a
la necesidad de atribuir a la casa un aspecto
emblemático. Desde luego, ello corresponde a la crisis de la unidad urbana de la que habla Schumacher y por ello a una necesidad de diferenciación dentro de
una
estructura
en
la
que viven clases sociales cada vez
más
diferentes y cada vez más
antagónicas.
Las villas de los
más famosos
arquitectos
del
movimiento moderno
en Berlín, Gropius, Mendelsohn, Häring, etc.,
desarrollan
estos
modelos tipológicos de modo
bastante
ortodoxo; no se puede hablar, desde luego,
de
ruptura con los modelos
de
vivienda
eclécticos,
si
bien
la
imagen de estas villas está profundamente cambiada.
Será tarea de los sociólogos establecer cómo el elemento representativo o emblemático se llegó a transformar; desde luego, se trata de determinaciones diferentes de un mismo fenómeno.
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