Señalo brevemente, puesto que un análisis de este tipo nos alejaría demasiado del tema de este libro, cómo el
estudio de
la
relacion vivienda-familia,
con todas
sus
implicaciones de tipo cultural
y
político,
encuentra un terreno de aplicación muy
interesante en aquel tipo de ideologías que podemos definir como comunitarias. Aquí se
esclarece particularmente la relación
entre la comunidad
local y la democracia,
entre la dimensión espacial
como miento de la vida
comunitaria y la vida
política
de la comunidad
Es evidente, pues, en una
relación de este tipo, el relieve problema
de la residencia.
Al contrario, donde aparece en primer plano la ciudad en su conjunto,
es decir, donde se
exalta la concentración
y
la
dimensión, el problema de la residencia
parece
perder importancia, es por lo menos desenfocado en relación con las otras funciones de la vida urbana; por ejemplo, estas teorías afirman, en contraste
con las comunitarias, que en la ciudad
del siglo XIX las grandes
operaciones para embellecimiento y engrandecimiento que sin embargo escondían a menudo fenómenos importantes
de
especulacion,
eran disfrutables por todos los ciudadanos, eran un elemento positivo
para su modo de vivir. Pocas definiciones son tan claras definir este efecto urbano como una de Hellpach que, en contraste
con
sus
tiempos
fue
partidario
de
la
validez
de
la
vida
en
las
grandes
metrópolis. «[...] Para
la
generación
plasmada
las
grandes
ciudades
no
significa
solamente espacio existencial lugar de habitación, mercado, sino que se puede convertir biologica y socialmente en lo que de más profundo puede representar
un
hombre la escena donde se desarrolla su vida: la patria.”
Se
podría
hacer una historia paralela entre
estas
teorías y barrios realizados en los
últimos sesenta años.
A
veces,
como los casos alemanes
(Siedlungen), italianos e ingleses, las traducciones son clarísimas recordamos
mucho nuestros barrios en los que parecía que se quisiera
proponer
de
nuevo
comunidades no urbanas,
separadas,
asi
preservadas de la ciudad, vueltas sobre sí
mismas y sobre e] vecindario, y otros sucesivos en los que la imagen arquitectónica, fuertemente plástica,
intentaba recargar con violencia
los efectos urbanos;
también las bajas densidades después rechazadas, de las primeras newtowns; en fin, experimentos de nuevos complejos residenciales como
las propuestas Smithson, de Lasdun y
los bloques de Sheffield.
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