lunes, 30 de julio de 2012

Individualidad de los hechos urbanos. - II

La identificación de estos «puntos singulares» puede ser concebida a un acontecimiento dado que ha sucedido en aquel punto que puede depender de otras infinitas causas; pero tambien aquí está reconocido y sancionado un valor intermedio, la posibilidad de determinada, si bien excepcional, noción del espacio. Trasladando este razonamiento al campo de los hechos urbanos me parece que no puede ir más allá el valor de las imágenes, como si su contorno no fuese analizable de algún modo positivo; y quizá no queda más que la afirmación pura y simple del valor de un locus; puesto que esta noción del lugar y del tiempo parece inexpresable racionalmente, aunque comprende una serie de valores que están fuera y más allá de los sentimientos que experimentamos al captarlos. 
 Me doy cuenta de la dificultad de este argumento; pero éste vuelve a aparecer en toda investigación positiva, forma parte de la experiencia. Eydoux, en sus estudios sobre la Galia, se refiere expresamente a lugares que obligan a continuas y concretas confrontaciones e invita al análisis positivo de los lugares que parecen predestinados en la historia. 
 Estos lugares son los signos concretos del espacio; y en tanto que signos estan en relacion con lo arbitrario y la tradición. Pienso muchas veces en las plazas de los pintores del Renacimiento en donde el lugar de la arquitectura, la construcción humana adquiere un valor general, de lugar y de memoria, porque ási fue fijado en una hora determinada; pero esta hora es también la primera y más profunda noción que tenemos de las plazas de Italia y está, por lo tanto, ligada a la misma noción de espacio que tenemos de las ciudades italianas. Nociones de este tipo van vinculadas a nuestra cultura histórica; a nuestro vivir en paisajes construidos, a las referencias que hacemos para con toda situación respecto a otra situación; y por lo tanto, también el reencuentro de puntos singulares, casi los más próximos a una idea del espacio tal cual nos la hemos imaginado. Focillon habla de lugares psicológicos sin los cuales el genio de los ambientes sería opaco e incaptable. De tal modo sustituye la noción de cierto paisaje artístico por la de «arte como lugar».

No hay comentarios:

Publicar un comentario