lunes, 2 de julio de 2012

LA RESIDENCIA.III


Es lógico suponer que el éxito de los complejos residenciales esté relacionado con la existencia de servicios públicos y de equipamientos colectivos y se pone de relieve la importancia de este hecho. Este es también causa de la posibilidad de dispersión de las partes residenciales; evidentemente, la concentración residencial de la ciudad antigua de  la  Roma  imperial  es  explicable  plausiblemente  por  la  carencia  casi  absoluta  de transportes   públicos   y   la   excepcionalidad   de   los   transportes   privados.   Pero   esta explicación  no  es  suficiente;  piénsese,  por  contraste,  en  la  Grecia  antigua  o  en  la morfología de algunas ciudades nórdicas.

Es  difícil  sostener  que  este  aspecto  sea  caracterizante.  En  otros  términos,  se  puede afirmar que, dado un sistema de transportes blicos, la forma de la ciudad no está aún determinada  o  que  aquel  sistema  pueda  establecerse  en  todo  caso  para  obtener  cierta forma  de  la  ciudad  o  para  seguirla.  No  creo  que  el  metropolitano  de  cualquier  gran ciudad pueda ser objeto de disputas fuera de su eficiencia técnica, mientras que no se puede   decir   lo   mism de   los   establecimientos   residenciales,   que   son   objeto   de numerosas  disputas  en  el  sentido  de  que  su  constitución,  en  cuanto  hechos  urbanos, puede ser controvertida.

Existe, pues, un hecho especifico en el problema de la residencia que es íntimamente vinculado al problema de la ciudad, a su modo de vivir, a su forma física e imagen; es

decir,  a  su  estructura.  Este  elemento  especifico  no  tiene  que  ver  con  ningún  tipo  de equipamiento técnico, el cual no constituye un hecho urbano.

De ello resulta, pues, que el estudio de la residencia puede ser un buen método para el estudio de la ciudad, y viceversa. Quizá nada ilumina tanto las diferencias estructurales entre  una  ciudad  mediterránea  como  Tarento  o  una  nórdica  como  Zurich,  como  los aspectos  diversos  del  problema  residencial;  me  refiero  propiamente  a  los  aspectos morfológicos  y  estructurales.  Consideraciones  de  este  tipo  pueden  hacerse  también  a propósito  de  las  aldeas  alpinas  y  de  todos  aquellos  agregados  en  los  que  el  hecho residencial es de por sí preponderante si no único.

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