domingo, 19 de agosto de 2012

Individualidad de los hechos urbanos. - XV


Existe  a  este  propósito  una  nota  de  Antonio  Gramsci  de  gran  valor  en  sí,  y  para  el planteamiento de un estudio de este tipo. «A Teodoro Mommsen, que preguntó por qué idea  universal  Italia  fue  a  Roma,  Quintino  Sella  respondió:  “La  de  la  ciencia”.  La respuesta de Sella es interesante y apropiada; en aquel período histórico la ciencia era la nueva “idea universal”, la base de la nueva cultura que se iba elaborando. Pero Roma no llega a ser la ciudad de la ciencia; hubiera sido necesario un gran programa industrial, lo que   no   fue.»   La   respuesta   de   Sella   queda,   pues,   vaga    retórica,   si   bien fundamentalmente  justa;  para  realizarla  es  necesario  enfrentarse  con  un  programa industrial sin el temor de crear en Roma una clase obrera moderna y consciente, pronta a intervenir en el desarrollo de la política nacional.

Pero el estudio de este debate es para nosotros aún hoy de gran interés; sabemos que para Roma el debate sobre Roma capital vio implicados a los políticos y especialistas de todas las tendencias, preocupados de ver de qué tradición debía ser depositaria la ciudad y hacia qué Italia debía iniciar su destino de capital.

Creo  que  una  investigación  sobre  esta  cuestión  sería  de  gran  importancia  para  los especialistas  de  la  ciudad;  es  indudable  que  además  de  la  retórica  de  los  intereses partidistas  hay  en  este  debate  un  contenido  de  extrema  importancia;  el  cual  tiene relación con la idea de ciudad, y la fuerza indiscutible de esta idea en forma concreta.

Sobre la base de esta concreción histórica debería surgir mejor el significado de ciertas intervenciones  tendentes  a  calificar  la  ciudad  en  sentido  moderno  y  establecer  una relación entre su pasado y el semblante de las capitales europeas principales.

Reducir  estos  problemas  a  los  de  la  retórica  nacionalista,  que  indudablemente  hubo, quiere  decir  ponerse  en  mites  demasiado  estrechos  para  juzgar  un  proceso  tan importante, un proceso por lo demás típico para muchos países y para muchos períodos.

Más bien es necesario ver cómo ciertas estructuras urbanas se identifican con un modelde capital y cuáles son las relaciones posibles entre la realidad física de una ciudad y este  modelo;  es  conocido  que  para  Europa  pero  no  sólo  para  Europa,  este  modelo  es París. Y lo es hasta el punto de que no se puede comprender la estructura de muchas capitales modernas, Berlín, Barcelona, Madrid, Roma y otras, sin tener en cuenta este hecho.  Aquí  todo  el  proceso  histórico  politico  tiene  la  arquitectura  de  la  dudad  una derivación precisa: pero el sentido de esta relación sólo se podrá captar iluminando los modos concretos en los que se ha actuado.

Una vez más existe una relación entre los hechos urbanos estructurales de la ciudad y el planteamiento de un proyecto y de un esquema; y los motivos de esta relación son muy complejos. Desde luego, hay ciudades que realizan su vocación y otras que no llevan a cabo nunca sus proyectos.

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