Estas consideraciones nos aproximan al conocimiento de la estructura más profunda de los hechos urbanos
y, por lo tanto, a su forma; es decir, a nuestra tesis de partida
de la presente investigación,
la arquitectura de la ciudad.
Se trata de
conocer
la
cualidad de estos hechos; el estudio de Cattaneo
del
que
he
partido para las presentes consideraciones está entre
los
resultados
más
válidos
de
nuestros estudios; existen
importantes afirmaciones y referencias sobre aquella
âme de la cité que otros autores indican como el nexo estructural de la ciudad después de haber
partido de la descripción de los hechos morfológicos.
Aquí l’áme
de
la
cité
se
convierte
en
la
historia,
el
signo
ligado
a
las
paredes
de
los
municipios, el carácter distintivo y al mismo tiempo
definitivo,
la
memoria.
En
La
Mémoire collective Halbwachs
ha
escrito:
«Lorsque
un
groupe
est
inséré
dans
une
partie de l’espace, il la transforme
a
son
image, mais
en
méme temps, il se plie et
s’adapte á des ehoses matérielles qui lui résistent.
Il
s’enferme dans le cadre qu’il a construit. L’image
du
milieu
extérieur
et
des rapports stables qu’il entretient avec lui passe au premier plan de l’idée qu’il
se fait de luiméme».
Ampliando la tesis de Halbwachs,
diré que la ciudad misma es la memoria colectiva
de los pueblos; y como la memoria está ligada a hechos y a lugares,
la ciudad es el locus de la memoria colectiva.
Esta relación entre el locus y los ciudadanos llega a ser, pues, la imagen preeminente,
la arquitectura, el paisaje;
y
como los hechos vuelven a entrar
en
la
memoria, nuevos
hechos crecen en la ciudad. En este sentido completamente positivo las grandes ideas recorren la historia de la ciudad y
la conforman.
Así, ocupándonos de la arquitectura de la ciudad nos hemos esforzado por referirnos al locus
como al principio caracteristico de los hechos
urbanos; el locus,
la arquitectura, las permanencias
y la historia, nos han servido para intentar aclarar la complejidad de
los hechos urbanos. Al fin, la memoria colectiva llega a ser la misma transformación del
espacio por obra de la colectividad;
una transformación que está siempre condicionada
por estos datos materiales que
contrastan esta acción.
La memoria entendida de este modo llega a ser el hilo conductor de la total y compleja
estructura; en
esto
la
arquitectura
de los hechos
urbanos
se separa del arte en cuanto
elemento que existe por sí mismo; aun los más grandes monumentos de la arquitectura están íntimamente vinculados a la ciudad.
« [...] Se nos plantea la pregunta: ¿ de qué manera
la
historia
habla mediante
el
arte? Ello
acaece
ante
todo a través de los monumentos arquitectónicos que son la expresión voluntaria del poder, sea en nombre del Estado, sea
de
la
religión. Pero se nos puede contestar con un Stonehenge, si en aquel pueblo concreto no
existe
la
necesidad
de
hablar
mediante formas
{...};
así el carácter de naciones, civilizaciones y épocas enteras habla a través del conjunto de las arquitecturas que poseen,
como a través de un revestimiento externo
de su ser». Creo que ahora
el
conocimiento de los hechos urbanos se puede
extender
hacia
una
investigación más
profunda
de
lo
que
se
ha
intentado
aquí;
y
que
esta
investigación
supera los puntos mismos de partida de nuestro ensayo. Podemos decir, por ejemplo,
que tampoco las elecciones nos parecen
ya
tan
libres como
podían
parecernos
en
un
primer momento, sino que están profundamente vinculadas a la naturaleza de los hechos urbanos en que se producen.
En último término la afirmación de que la ciudad tiene por fin a sí misma parece surgir de las
mismas cosas; y
tiene
por
fin a
sí
misma a
medida que
desarrolla,intencionalmente, cierta idea de ciudad.
Dentro de ella
se
sitúan las acciones
de
los individuos; y en los hechos urbanos, pues, no todo es colectivo.
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