martes, 28 de agosto de 2012

Part III


Al  inicio  de  su  estudio,  Halbwachs  se  propone  estudiar  desde  el  punto  de  vista económico los fenómenos de expropiación en una gran ciudad. Parte de la hipótesis de que  es  interesante,  desde  el  punto  de  vista  científico,  considerar  las  expropiaciones separadas  de  su  contexto;  admitir,  pues,  que  poseen  caracteres  propios  y  constituyen realmente  una  serie  homogénea.  En  efecto,  si  se  comparan  dos  casos  particulares  se puede prescindir de sus diferencias; que la causa sea fortuita, un incendio, o normal, la obsolescencia,  o  artificial,  la especulación, parece que no influye en la naturaleza del efecto que queda en una demolición o en una construcción pura y simple.

Por  otra  parte,  la  expropiación  no  se  ejerce  de  modo  homogéneo  en  toda  la  ciudad; cambia  completamente  ciertos  barrios  de  la  ciudad  y  respeta  otros.  Será  necesario entonces,  para  tener  un  cuadro  completo,  examinar  las  variaciones  por  barrios  según series históricas.

Sólo  con  un  cuadro  general  de  varios  barrios,  y  por  períodos  diferentes  de  tiempo, podremos tener la medida de las grandes variaciones en el espacio y en el tiempo.

Acerca  de  estas  variaciones  conviene  ver  algunas  de  sus  características.  Veamos  dos fundamentales: la primera se refiere al papel del individuo, es decir, a la acción ejercida por cierta personalidad en cuanto tal; la segunda, a la importancia considerable dada al hecho de la sucesión pura y simple de los hechos considerados. «Si una calle —escribe textualmente   Halbwachs—   se   llam Rambuteau,   un   paseo   Pereire,   un   bulevar Haussmann, no es, desde luego, para rendir un homenaje a estos individuos; es porque estas denominaciones son marcas de origen.»

Cuando iniciativas municipales se refieren a necesidades enunciadas por la población, y
a propuestas discutidas, hay muchas influencias, muchos motivos aun accidentales. Pero cuando la asamblea municipal no representa la voluntad popular (como en París de 1831
a  1871),  ¿cómo  no  poner  en  primer  rmino  las  ideas  de  estética,  de  higiene,  de estrategia urbana, de práctica social de un individuo o de pocos individuos en el poder? Desde este punto de vista, la configuración actual de una gran ciudad resultará como la sobreposición  de  la  obra  de  ciertos  partidos,  de  ciertas  personalidades,  de  ciertos soberanos; así, diferentes planes se han superpuesto, mezclado, ignorado, hasta el puntode que el París actual es como una fotografía compuesta, obtenida de la reproducción sobre  una  misma  hoja  del  París  de  Luis  XIV,  de  Luis  XV,  de  Napoleón  I,  del  barón Haussmann.  ¿No  es  verdad,  acaso,  que  muchas  calles  inacabadas,  y  la  soledad  y  el abandono de ciertos barrios atestiguan la diversidad y la relativa independencia de gran número de proyectos?

La  segunda  característica  se  refiere  a  la  sucesión  pura  y  simple  de  los  hechos considerados.

Hay fuerzas constantes que son llevadas a construir, a adquirir y a vender los terrenos en todos los tiempos. Pero estas fuerzas se desarrollan según ciertas direcciones concretas que les son ofrecidas de modo que se inserten en ciertos planes que les son presentados. Ahora bien, estas direcciones cambian bruscamente de modo a menudo imprevisible. Sila  naturaleza  de  estos  hechos  económicos  normales  no  puede  ser  modificada,  su intensidad  puede  ser,  sin  embargo,  muy  aumentada  o  muy  disminuida,  sin  que  sea necesario invocar razones propiamente económicas.

Haussmann manifestó, entre otros motivos de transformación de París, razones de orden estratégico;  es  decir,  las  de  destruir  barrios  poco  propicios  para  la  reunión  de  tropas. Estas consideraciones pueden ser comprensibles por parte de un Gobierno autoritario e impopular   corno   otros;   el   trabajo   ofrecido   ampliamente    los   obreros,   las   ricas perspectivas abiertas a los especuladores, igualmente convenientes en un régimen que buscaba compensar el mínimo de los derechos políticos con el máximo de prosperidad material. Así pues, los grandes movimientos  de expropiación hechos en París durante este  reinado  se  explican  por  medio  de  causas  políticas;  el  triunfo,  aparentemente decisivo, del partido del orden sobre la revolución, de la clase burguesa sobre la obrera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario