lunes, 17 de septiembre de 2012

De la cal y modo de amasarla.

La piedra para cal se saca de los montes ó se recoge de los ríos. Toda piedra de monte es buena para cal como esté seca, sea frágil, y no contenga otra materia, que consumida por el fuego minore su volumen. Así será mejor cal la de piedra durísima, compacta y blanca; y que después de cocida pierda solo la tercera parte del peso que la piedra tenia antes. 
Hay también algunas piedras esponjosas cuya cal es bue- na para revocos. En los montes de Padua se saca cierta piedra escamosa, ó sea escabrosa, cuya cal es excelente para las obras al descubierto y en el agua, porque se fragua y endurece, y dura mucho tiempo. 
De la piedra para cal es mejor la sacada de las canteras, que no la muerta recogida de los campos ó montes: mejor la de canteras sombrías y húmedas que la de áridas: y finalmente, mejor la piedra blanca que la morena. Las piedras recogidas de los ríos y torrentes, ó sea guijarros rodados, hacen buena cal que da una labor blanca y limpia, y es excelente para revocos. 
Toda piedra sea de monte ó rio se cuece mas ó menos pronto según el fuego que se le hace. Lo regular es cocerse en sesenta horas. Después de cocida se la da agua, no toda de una vez, sino en varias y continuadas, para que no se ahogue hasta que esté bien disuelta. Luego se guardará en parage fresco y á la sombra donde no se la mezcle cosa alguna; solo se cubrirá con un poco de arena. Cuanto mas confeccionada estará será tanto mas tenaz y mejor, excepto la de piedra escamosa como la de Padua; pues esta acabada de remojar ó macerar debe emplearse: de otro modo se quema y consume, no hace presa, y es del todo inútil Para el mortero se mezclarán tres partes de arena de mina y una de cal Si fuere de rio ú mar, á una parte de cal se darán dos de arena.

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