Llamense fundamentos ó cimientos la base de un edificio, esto es, aquella porción
de sus paredes que está dentro de tierra, y sostiene la fábrica puesta encima. Por lo
cual de todos los errores que se pueden cometer en el arte de edificar son extremadamente perniciosos los cometidos en los fundamentos, porque causan la ruina de toda
la obra, y no pueden enmendarse sin mucha dificultad y gasto.
Asi, deben los Arquitectos poner en esta parte la mayor diligencia; pues en unos parages se hallan los
fundamentos naturales, y en otros es preciso recurrir al arte. Serán naturales quando
se construyen los edificios sobre peña, tova ó escaranto que es una especie de terreno que participa mucho de la piedra. En estos parages hay poca necesidad de zanjas ni otros auxilios del arte, pues ellos por sí mismos dan fundamento capaz de sostener cualquiera edificio por grande que sea en tierra ó agua. Pero si la naturaleza no
suministra tales fundamentos donde se necesitan, será preciso buscarlos en el arte. Entonces se debe mirar si el terreno sobre que se ha de construir es sólido y firme, ó
bien es arena, lastre, tierra echadiza, blanda ó paludosa. Si el terreno es sólido y firme , se cavarán alli las zanjas hasta la profundidad que tenga por bastante el Arquitecto juicioso, según la calidad del suelo y la del edificio.
Esta profundidad suele ser
la sexta parte de la elevación de la fabrica, en caso de no hacer bodegas ó sótanos.
Para conocer la solidez de los terrenos servirá la excavación de pozos, cisternas y
otros hoyos ó fosos; y también la indicarán en parte las plantas alli nacidas, si son de
las que suelen criarse en terreno duro. No debe ser trémulo ni que resuene; lo cual
se conocerá por el pergamino de un tambor sentado en tierra, si herida esta ligeramente , el tambor no resonare. La misma prueba se hará con un vaso lleno de agua y
puesto en tierra. Aun los parages del contorno podrán indicar las calidades del terreno donde se ha de construir el edificio.
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