El trabajo y su localización tienen en la elección
de la vivienda un papel cada vez más subordinado. El ciudadano va a cualquier
parte
del
territorio
dando
lugar
al
tráfico «pendular». Residencia y trabajo están
ahora, en su relación, esencialmente ligados al tiempo,
son función del tiempo
(Zeitfunktion).
Es evidente que una exposición
de
este
tipo
contiene
elementos verdaderos y falsos continuamente mezclados; tiene sus
límites más evidentes
en
la
descripción
de
los
hechos, dando lugar a una especie de «naturalismo» de la dinámica urbana en la que las acciones de los hombres, la constitución de los hechos urbanos y las elecciones
políticas que la ciudad lleva
a
cabo,
se
asumen
sin
elección.
Al
final,
algunas legítimas y técnicamente importantes
propuestas urbanísticas —baste
pensar
en
los
efectivos problemas de la descongestión y de la relación trabajo/residencia—, llegan a ser fines
más bien que medios; casi principios y leyes más
bien que instrumentos.
Pero se trata sobre todo de situaciones confusas en su formulación; que es el haber establecido una demasiado fácil y esquemática
comision de puntos de vista, de
afirmaciones, de sistemas de lectura, de métodos diferentes.
Las tesis principales que parece necesario discutir en esta división de la ciudad parecen
ser las relativas al problema de la vivienda y al de la dimensión.
Del primero m he ocupado suficientemente, dado el equilibrio de este trabajo
y
en
particular en los párrafos precedentes mediante
la consideración de un escrito de
Engels.
El segundo problema, el de la dimensión,
requeriría
una
consideración
muy amplia; pienso referirme aquí sólo a algunos de los aspectos
principales de esta cuestión como puede ser entendida a la luz de los argumentos desarrollados en este estudio.
Un
tratamiento correcto del problema de la dimensión debería iniciarse
con el problema del campo o del área de estudio
y de intervención. De este problema ya me he ocupado en
los primeros capítulos; y también me
he
ocupado
de
él
hablando
del
locus
y
de
la
cualidad de los hechos urbanos. Naturalmente, esta investigación
del
«campo» puede ser aplicada también en otras
direcciones; por ejemplo, en el sentido
de la dimensión operativa. Pienso referirme aqui a la dimensión entendida
«como nueva dimensión de la ciudad».
Es lógico que este
extraordinario
desarrollo
de
las
ciudades
en
los
últimos
años,
los
problemas de urbanización
de
la
población,
de
concentración,
de
aumento de la superficie urbana se hayan planteado con preeminencia a los ojos de los urbanistas y de
todos los estudiosos e ciencias sociales
que se ocupan de la ciudad.
Este desarrollo, la dimensión aumentada, es observable un poco en todas parte,
es un fenómeno común
a
todas
las
grandes
ciudades;
en
alguno:
casos
tiene
extraordinaria
importancia. Para definir la región de a costa noreste de Estados Unidos entre Boston y Washington por una parte y el Atlántico
y los Apalaches por la otra, Jean Gottmann ha
usado el termino Megalopoli, ya acuñado o ilustrado
por Mumford. Pero si este es el caso mas
clamoroso de la incrementada
dimension de la ciudad, no son menos
importantes los casos de expansion de las grandes ciudades europeas.
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