sábado, 3 de noviembre de 2012

De la distribución de las piezas. - II

En todo el resto de la casa debemos atender á que haya piezas de todos tamaños, grandes, medianas, pequeñas; y todas á continuación unas de otras, á fin de que podamos usarlas siempre que nos acomode. Las piezas pequeñas se dividen y demedian en aposentillos ó retretes para estudios y libros, guarniciones y arneses de montar, y demás utensilios que necesitamos diariamente, y no están bien en los dormitorios, comedores ó piezas de recibimiento. 
Pertenece también á la comodidad el que las piezas de verano sean anchas, espaciosas y situadas al norte: las de invierno al mediodía y poniente, y antes peque- ñas que grandes. La razón es porque en el verano buscamos la sombra y ayre, y en el invierno el soL Ademas, que las piezas reducidas se calientan mas fácilmente que las grandes. Las de primavera y otoño estarán al oriente, y tendrán vistas á jardines y vergeles. 
A esta misma parte estarán también los estudios ó bibliotecas, porque su uso es mas en la mañana que en otro tiempo del día. Generalmente, las piezas grandes con las medianas, y estas con las pequeñas deben distribuirse de modo que (según he dicho en otro lugar) una parte del edificio convenga con la otra, y todo ¿ tenga cierta correspondencia de miembros que lo hagan bello y agradable. Pero por que en las ciudades las paredes de los vecinos, las calles y plazas públicas casi siem- pre coartan los confines, de forma que el Arquitecto no puede obrar libremente, es forzoso acomodarse al sitio obligado. Daran, si no me engaño, mucha luz en es- ta parte los alzados y plantas que se siguen, y aun servirán de exemplo para las co- sas escritas en el Libro pasado.

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