Por otro lado, se debe reconocer la realidad de la escena local, que se compone de múltiples poderes locales, originados desde instancias diversas: público (central, provincial, local), privado (empresas, ONG) y comunitario (gremial, barrial).
Este cúmulo de poderes locales se inscribe en el denominado
complejo institucional, que puede asumir la forma de un modelo articulado
(Quito) o desarticulado (Guayaquil) de gestión urbana.
Esta doble determinación de la búsqueda múltiples órdenes y de la existencia de un complejo institucional debe llevar:
A la construcción de un proyecto colectivo de ciudad, que sea 'parte de' y
aporte a un proyecto nacional. Esto significa, que no es un plan municipal sino del conjunto, y por lo tanto consensuado, de la urbe. Es una pro-
puesta compartida de ciudad.
La gran ciudad en construcción debe tener como base la cooperación público-privada-comunitaria.
Esto significa la necesidad de pensar en pro-
puestas integradoras y no excluyentes.
Todo será vano si no se cuenta con una ilusión movilizadora y un liderazgo personalizado fuerte, que sea capaz de aglutinar y movilizar la población.
Tener una visión de totalidad y de largo plazo en la construcción de una
voluntad colectiva. De allí que los componentes de esta propuesta, prime-
ro, estén relacionados y, segundo, sean vistos dentro de la unidad.
Algunos lineamientos estratégicos o ciertos componentes de la sustentabilidad,
que se deberían tomar en cuenta:
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