Hasta aquí la visión de la movilidad territorial de las personas, que ha si-
do parcial porque no se ha prestado atención alguna a otros tipos de movi mientos, como los temporarios y semipermanentes. No hay espacio para tra-
tar otras formas de movilidad que varios trabajos han documentado para la re-
gión, donde se ha observado una amplia y compleja gama de movimientos te-
rritoriales, de personas y familias, vinculados con el proceso de trabajo, que
trascienden la tradicional forma de migración rural-urbana o urbana-urbana
permanente. Investigaciones recientes sugieren que la movilidad territorial de
las personas es un fenómeno con mayor complejidad que la que se suponía ha-
ce un par de décadas.
El sentido, la intensidad, la composición y el tipo de los
flujos migratorios actuales apenas ha sido investigado, sin embargo lo poco
que se sabe alcanza para alertar sobre la gran heterogeneidad del fenómeno y
su creciente intensidad.
Una visión integrada de la movilidad territorial signi-
fica hoy, entre otras cosas, reconocer que en cada situación hay una mezcla de
migración permanente, semipermanente, circular, movimientos cotidianos y
otros.
Los movimientos territoriales de la población no son fenómenos aislados
y por ello es necesario que la investigación ponga mucho más énfasis en el aná-
lisis de sus diversas consecuencias para individuos y comunidades, y sus relacio-
nes con una amplia gama de procesos sociales.
La movilidad de las personas ha
sido considerada como un indicador de problemas pero también, y esto a me-
nudo queda de lado, constituye un comportamiento que millones de personas
han utilizado y seguirán utilizando para encontrar los medios que les permitan
mejorar sus condiciones de vida.
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