miércoles, 26 de junio de 2013

La comercialización de bienes

La globalización y estandarización de los mercados permiten importar productos de marca mundial, de fácil disponibilidad y bajo precio, siempre renovados (y muchas veces de rápida obsolescencia). Sin embargo, en situaciones de monopolio u oligopolio local esto permite realizar enormes ganancias de intermediación, no pasando a los consumidores sino una parte de las bajas de costos que genera la competencia global del capital productivo. Al menos en el corto plazo, poco le importa al capital comercial si su ganancia máxima implica la destrucción de la industria nacional no competitiva y, consiguientemente, desempleo. Es más, en países donde el capital tiene aversión al riesgo y prefiere ganancias seguras y fáciles, es ya común que las ex empresas industriales se transformen en importadoras de su producto competidor. En esto, las cadenas mundiales de hipermercados se han convertido en el caballo de Troya de la producción global de productos de consumo masivo, oligopolizando la distribución minorista y mayorista, subsumiendo la producción de una gama creciente de productos a los que imprime su marca (Coraggio y César 1999). 
Cuando los salarios bajan 'para poder competir, mientras los precios no bajan por la falta de competencia, los personeros neoliberales miran hacia otro lado, porque lo que queda al desnudo es que el mercado opera en condiciones de poder tan desigual, que ninguna teoría puede sostener que conduce al bienestar generalizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario