viernes, 26 de julio de 2013

La situación de la economía popular: necesidad de su superación - I

En su estado actual, la economía de los sectores populares, o el conjunto de pa- trones predominantes de respuesta de los trabajadores y sus organizaciones de reproducción, refleja una situación de fragmentación, variabilidad, inestabili- dad y anomia. 
Por otro lado, el descreimiento acerca de las posibilidades de re- currir a la justicia o a los poderes políticos para sancionar o rectificar el incum- plimiento de derechos elementales, violados sistemáticamente por el sistema de mercado como criterio de asignación de recursos, impulsa a la microacción di- recta por la supervivencia y al desprecio por los mecanismos institucionales de defensa colectiva de tales derechos. 
Así, se verifica crecientemente que la búsqueda de algún tipo de recursos o de algún trabajo' para obtener algún ingreso, y el uso más económico en el corto plazo de los ingresos obtenidos y los recursos poseídos para la superviven- cia constituyen una base de explicación plausible para predecir o interpretar los comportamientos, combinando hipótesis aparentemente contradictorias como: 
• la lucha darwiniana entre personas y hogares por: acceder a trabajos asalariados crecientemente precarios, captar parte del mercado para colocar sus servicios independientes - llegando a situaciones de franco canibalismo como es el caso de los vendedores ambulantes o transportistas en tantas ciudades latinoame- ricanas-, recibir recursos o paliativos aceptando formas atentatorias de la inte- gridad de los ciudadanos (tener que aceptar como modo recurrente de vida la limosna o la beneficencia, admitir paquetes de ayuda o fa- vores en los términos del clientelismo político, participar en redes cri- minales, prostitución, drogadicción, alcoholismo, etc.) ejercer o defender directamente derechos elementales violados por el mercado (ocupación de espacios y tierras públicas, saqueos de comer- cios, bloqueo de calles y rutas para dar peso a justas reivindicaciones particulares, etc.); 
• el incremento del trabajo doméstico, para encarar necesidades que ya no pueden resolverse a través del mercado por falta de ingresos (autocons- trucción de vivienda, costura, cocina, cuidado de miembros dependientes de la familia, etc.); 
• la participación en redes de solidaridad, de ayuda mutua, de trueque de productos y servicios, etc.54 
• la amplificación de las actividades colectivas de trabajo reproductivo so- cial no remunerado: autogestión colectiva del hábitat y de ciertas obras de infraestructura, la salud, educación, seguridad, etc. (dependiendo de la cultura local).

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