lunes, 15 de julio de 2013

Situación de los trabajadores urbanos y su respuesta - VI

Librado al mercado, el empleo depende de la expansión de la producción, que a su vez depende de la inversión capitalista, mientras el impacto de la dra- mática precarización y reducción de costos laborales ha mostrado ser insufi- ciente para inducir tal inversión46. La lógica del mercado capitalista impone en las grandes empresas y los fondos de inversión un comportamiento cortopla- cista y amoral sin mecanismos de autoregulación acorde con los equilibrios so- ciales, políticos, psicosociales y naturales. No hay nada intrínseco al capital -particularmente el gran capital- que lo lleve por sí sólo a generalizar el desa- rrollo integral de las regiones periféricas. 
Se hace entonces necesario pensar en otros agentes de la inversión y la producción, que se sustraigan a la lógica del capital, cuyas decisiones estén orientadas por el objetivo de desarrollar las opor- tunidades de trabajo y la reproducción de la vida antes que por el logro de la máxima ganancia o la reproducción del capital, y que promuevan formas esta- tales democráticas y el cuidado de las bases naturales de la vida en sociedad. 
Para lograr contrarrestar la fuerza del gran capital y poder realizar alianzas con las fracciones empresariales con intereses más compatibles con el desarrollo huma- no, esos agentes deben formar un sistema solidario y tener escala suficiente, y para ello su continuada reproducción no puede depender de subsidios externos eternos -económicos o de acción ideológica y organizativa- sino que deben te- ner como condición que, en conjunto, puedan lograr en un plazo adecuado de- sarrollar su capacidad productiva y organizativa para posicionarse en el merca- do con resultados económicos que permitan su creciente autosostenimiento, sustentando así otro poder de negociación de los trabajadores con los represen- tantes del capital.

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