lunes, 12 de agosto de 2013

Patrimonio arquitectónico Colonial

La casa colonial Pan de Oro, denominada anteriormente y ahora Hotel Boutique Casa de Piedra, tiene características tan peculiares, que en esta segunda parte de la publicación, intentaremos describirla en base a un informe de la Unidad de Patrimonio Material y Natural del municipio, que afirma que el valor artístico es uno de los más importantes; calificada como tipo "B" de estilo colonial, es una arquitectura del siglo XVIII, que conserva las características principales de la tipología en medio de un patio.

La fachada de ritmo simétrico, compone en el primer nivel. El ingreso principal esta jerarquizado por una portada de piedras adosadas con pilastras de orden dórico, una puerta de dos hojas talladas, en madera sobre el dintel presenta dentellón de piedra, encima una moldura de piedra con retallo doble, al costado izquierdo se ubican dos vanos de acceso a algunos ambientes de uso comercial. Los vanos son rectangulares con carpintería de madera.

El segundo nivel nace en una platabanda moldurada, desde la cual se generan tres vanos, dos de ellos son de tipo tribunas rectangulares protegidas con barrotes de hierro y apoyadas sobre repisones en retallo simple de la platabanda. Sobre la portada existe un balcón de mayor vuelo y anchura con baranda de barrotes, que en el extremo superior de la herrería posee detalle con pequeños arcos trilobulados de estilo neogótico jerarquizado el acceso principal. Todos los vanos poseen puertas postigo y están enmarcados por fajón simple.

Ingresando al primer patio se aprecia pisos de piedra huevillo con un diseño geométrico, asimismo se puede advertir las arcadas de medio punto tallada en piedra con motivos florales.

En algunos ambientes se observa en cielo raso bovedillas de ladrillo gambote y como un conducto de comunicación entre los ambientes preserva vanos con arcos rebajados con acodo simple, resaltados con ladrillo pastelero. Mientras que en los muros se refleja la hornacinas rectangulares con arcos rebajados.

Entretanto, en el segundo nivel resalta los empapelados de principios del siglo XX y pintura mural de la colonia en los corredores perimetrales.

VALOR ARQUITECTÓNICO

El inmueble conformado por dos niveles de tipología colonial concebida alrededor de dos patios, actualmente cubiertos con policarbonato celular y estructura reversible. Se ingresa a través de un zaguán, se aprecia arquería de piedra, sector del cual se distribuye a los diferentes ambientes, sin embargo hacia la derecha existe una pared que divide el inmueble y para continuar al segundo patio se lo hace mediante un chiflón, donde la misma manera se repite la distribución rodeado por columnas circulares de ladrillo macizo, aunque los mismos fueron modificados.

Por la crujía central se accede a través de escaleras al segundo nivel, que mediante un corredor se ingresa perimetralmente al primer piso, desde donde se puede observar que el corredor quedó en forma U alrededor del patio por la división que se hizo del bien inmueble.

VALOR TECNOLÓGICO

Los cimientos y los sobre cimientos están hechos de mampostería de piedra. Los muros portantes están construidos en adobe y ladrillo pastelero. Se destaca el uso de bovedillas de ladrillo gambote en el sistema constructivo. El inmueble presenta una cubierta en pendiente, carpintería de puertas y ventanas de madera y algunas adaptaciones que se realizaron como la incorporación de cerámica y resaltan los ornamentos de yeso moldurados.

VALOR URBANO E HISTÓRICO

La historia dice que en 1558, el alarife Mateo Paniagua, ejecuta el proyecto de traza de damero, con 46 manzanas regulares y Plaza Mayor central (hoy Plaza Murillo). Desde entonces se ubican en el área circundante justamente a la plaza, edificios civiles y gubernamentales de la ciudad como el Cabildo, la iglesia de la Matriz y solares destinados a las autoridades y nobles.

El conjunto patrimonial el centro histórico, desde su inicio se constituye en un sector determinante para la evaluación urbana de la ciudad, este espacio es un núcleo urbano que genera desde su creación actividad social y política.

Para ese tiempo la calle Genaro Sanjinés era llamada antiguamente calle de las Concebidas, debido a que entre la calle Ingavi, Comercio, el malecón de Ch´allapampa y la Piedra de la Paciencia estaba situado el Monasterio de las Concepcionistas.

VALOR INTANGIBLE

Por su emplazamiento, su valor histórico y constituirse en un referente del estilo arquitectónico, el inmueble posee un valor intangible intrínseco.

El inmueble, aunque ha sufrido modificaciones en su interior para su conservación, mantuvo su tipología y morfología original, aunque en la construcción se tuvo muchos problemas, especialmente en la mano de obra como informa el propietario José Antonio Rodríguez, que revela el gran problema que tuvo es conseguir trabajadores expertos en el tratamiento de obras en casa antiguas "con mucha pena digo, que no existe especialistas obreros para seguir el estilo de las construcciones antiguas".

Según el propietario, la casa colonial será convertida en un Hotel-Boutique, por el momento funciona como restaurant en el primer patio, donde se puede advertir la arquitectura antigua en medio de la pasividad.

"Esta infraestructura es muy apreciada por los turistas, con eso no quiero decir que los bolivianos no la aprecien, por el contrario hay gente experta en el tema, pero los extranjeros le dan mucho valor a este tipo de casas y claro, el hotel estará dedicado mostrar este bien patrimonial. La gente que venga disfrutará del ambiente colonial y que seguiremos haciendo mejoras en la infraestructura, donde virtualmente la autoridades nos ayudaron en la documentación e incluso en las intervenciones y debemos agradecer a la dirección de patrimonio del municipio, que nos apoyaron con la finalidad que se mantenga la casa colonial".

Agrega que lo importante es que se conserve la memoria de los antepasados y que las nuevas generaciones la disfruten y vean que estas infraestructuras son impresionantes. "Con Metro Cuadrado tenemos algo en común, porque creo que ustedes pretenden concientizar con sus publicaciones del resguardo del patrimonio paceño y eso es lo que estamos haciendo, cuidar estas casas. El trabajo periodístico que realizan es muy importante, porque trata de rescatar los bienes patrimoniales de la ciudad".

REALZAR EL PATRIMONIO

"El trabajo que hemos hecho, da una sensación de gratificación y lo importante es ser parte de este proyecto que realce la cultura y la vivencia de la ciudad. Hace que uno se sienta bien. Estamos encaminados en este proyecto y que estos bienes vayan perdurando en el tiempo para las futuras generaciones. Creo que este es un lugar tranquilo, pese al caos que existe en las calles, porque te desconecta de esa realidad", precisa José Alejandro Rodríguez, que es el hijo y pretende seguir con la huella de su familia para las futuras generaciones.

BIENES PATRIMONIALES EN RIESGO

Actualmente los bienes patrimoniales tanto de la colonia como de la época pos republicana han tomado otro curso, debido a que gran parte de los propietarios decidieron mantener las estructuras e intervenir a un costo, que en definitiva es recuperado a corto plazo, aunque con este criterio muchos dueños no comparten y prefieren tranzar con algunas empresas constructoras, que están al pesca de terrenos céntricos y construir departamentos lineales y sin forma, pero en el mercado son bien cotizados.

Aunque en el centro de la ciudad se tiene mucho reparo con este tipo de bienes coloniales y virtualmente están resguardados por el municipio, sin embargo esto no ocurre en la zona de Miraflores y sus calles y avenidas siguen una tendencia de "edificitis", porque a cada paso se construyen bloques de departamentos como cajas de fósforo y no pierden un solo centímetro en su construcción, siendo que incluso la ventanas de esta viviendas horizontales, son de vértigo.

Este no es el único barrio que sigue esa proyección, pues el centro de la ciudad aún siguen siendo vulnerables las casas patrimoniales, porque las nuevas construcciones y de a poco invaden espacios, especialmente cuando se tratan de casas "viejas" y son destruibles sean estos coloniales o pos republicanos.

El barrio de Sopocachi, virtualmente se ha convertido en la zona de edificios y quedan muy pocos espacios con casas patrimoniales y está a poco menos de desaparecer, aunque algo horroroso está ocurriendo, sin que nadie se dé cuenta. Tantos edificios que uno del otro, se hacen sombra y se quitan la entrada del sol al interior de sus ambientes. Existen algunas construcciones que ya no conocen el sol y viven encerrados, porque los edificios están flanqueados por otros. No es malo vivir en edificios, pero que mínimamente tenga las condiciones de habitabilidad, porque incluso esta entredicho el material que le meten en esas construcciones y los precios están por las nubes y nada reales con nuestra economía.

A esto se suma otras zonas como San Jorge y dentro de poco será el tradicional barrio San Pedro, que por el momento no le pusieron el ojo las constructoras, por la zona norte podría seguir esa tendencia de "edificitis", que vive la ciudad de La Paz y profesionales y constructores aprovechan la carencia de vivienda en la sede de gobierno.

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