miércoles, 2 de septiembre de 2015

Arquitectura y ciudad

“La arquitectura no pasa solamente por la intervención estatal, sino también por las normas políticas de preservación del patrimonio, los permisos para construir. “La otra idea es respetar las inversiones que puedan hacer las empresas privadas que deben contribuir, porque son parte de la sociedad y que muchas veces no tienen la conciencia de colaborar con la ciudad y finalmente lo que construyen no va con la comunidad”.




Recientemente estuvo de visita en nuestra ciudad en una de las muchas que realiza la arquitecta colombiana, Silvia Arango, invitada para las V Jornada del Mercosur, sobre Patrimonio Inmaterial, denominadas “El Alma de los Pueblos” , abordando varios temas, sin embargo Metro Cuadrado aprovechó de entrevistarla para hablar de arquitectura y ciudad.

La docente refiere a que “Hay muchas maneras de hacer ciudad con arquitectura, no solamente dejar espacios públicos alrededor de los edificios. Existen edificios que les llamo pasajes, donde las personas pueden pasar de un lado a otro. Algunos están ubicado entre medio del espacios abierto, pero que respetan ese espacios abierto o público, porque tienen comprometido el espacio de la ciudad como museos o parques y que pueden ser compartidos y amplían las perspectivas del lugar”.

Respecto de La Paz, quedó muy impresionada con el Parque Urbano Central, considerando que es una intervención muy interesante que tiene anexos con lugares arquitectónicos, teatro al aire libre, una pasarela, lugar para bailar, canchas deportivas -a esto me refiero-, que cuando la arquitectura forma parte de un complejo más grande abierto público, se anexa”.

Añade que esta arquitectura es muy generosa, porque se integra a la vida de la ciudad y los ciudadanos, porque existen otras maneras de limitar los espacios públicos. Se trata de insertar en una zona, un complejo con la intervención de lo privado y público.

“Esta tendencia se realiza en muchas ciudades de América y es de valorar de mejor manera nuestras ciudades y nos quitamos de encima el valorar las grandes obras internacionales, emulando las grandes edificaciones de París, Nueva York u otros, pues no tiene sentido comparar o hacer esas arquitecturas en La Paz, Bogotá, Lima, en ninguna parte”, afirma.

Aclara no estar en una competencia con ellos. “Nuestra responsabilidad social, es con la sociedad y de la manera como la enseñemos o construyamos deben mejorar la calidad de vida de las personas. Entonces cambiamos los anteojos con los que valoramos la arquitectura, aprende a valorar lo nuestro por más que sean sencillas, aunque no tengan grandes pretensiones, sean arquitecturas que contribuyan a mejorar la vida de los ciudadanos. Esa es la buena arquitectura y esta es la que debemos aprender a practicar y valorar, no nos interesa salir en una revista, no tenemos que competir con el “primer mundo”.

FORMACIÓN

Señala que es muy importante la formación del arquitecto, porque está ocurriendo una deformación en la enseñanza de nuestros profesionales, pues se está formando arquitectos para ser “primadonas”. Estrellas con grandes nombres de talla mundial. “Necesitamos arquitectos para que entiendan a sus ciudadanos y pasa por un proceso de enseñanza de las facultades”.

¿QUIERE DECIR QUE NO HAY VALORES EN LA ARQUITECTURA?

Creo que es la perversión de algunos medios de comunicación, en cierto modo privilegian en las publicaciones de la arquitectura rara, que sea distinta y sea tratada como objeto. Si nosotros tuviéramos una presentación de las necesidades de las personas, como enseñanza, podríamos salir todos beneficiados.

Hay que privilegiar la arquitectura con inserción humana y otros factores, no es problema de más dinero o menos, es un problemas de para dónde dirigir los valores, cómo instaurar los valores colectivos que primen sobre las ganancias individuales.

¿ESTO PODRÍA SOLUCIONAR EL PROBLEMA HABITACIONAL EN LAS CIUDADES?

Antes se sabía de cómo solucionar este problema, porque se suponía que los arquitectos tenían ese conocimiento, hubo muchos fracasos en temas habitacionales en el mundo soñado de los arquitectos. En paralelo surgió una ciudad informal sin intervención de arquitectos, en gran parte de América, fue surgiendo esa ciudad informal con otras reglas, hecha a la urgencia de la necesidad de los ciudadanos, aunque muy precarias en su construcción que es una ciudad alternativa.

Para muchos, el gran desafío contemporáneo de la vivienda, es aprender de esa ciudad, es decir, la ciudad informal nos dio muchas lecciones y aciertos, porque supo captar las necesidades producto del conocimiento natural que tienen las personas prácticas de su vida diaria.

Entonces resulta que esa vivienda progresiva hecha de a poco resulta mejor que la habitacional del arquitecto. No digo idealizar, esa construcción informal, pero tampoco creo que el arquitecto con su conocimiento vaya a resolver el tema habitacional de vivienda. Estas son algunas formas de enfrentar el tema de la vivienda y no ser radical, además a largo plazo y efectiva.

Ustedes tienen un buen ejemplo en La Paz, los Barrios de Verdad que está siendo copiado en muchos países. Estas experimentaciones son buenas, donde intervienen y respetan los informales de los formal de la ciudad, ahí hay un conocimiento urbanístico, arquitectónico, que es muy importante en su planificación, muy relevante.

¿HAY QUE COPIAR DE LAS CONSTRUCCIONES INFORMALES?

Las tendencias en las ciudades y la excepción no es La Paz, es precisamente cómo mejorar la ciudad informal, con respecto a la ciudad formal, creo que la mejora de las viviendas va en esa dirección, sean éstos casas simples o edificios gigantes. En México por ejemplo, el estado le facilita un arquitecto para que los ciudadanos mejoren su vivienda, además de un subsidio directo para la mejora de los ambientes, fachadas y otros.

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