Los aspectos medioambientales que dan motivo a preocupación respecto a la construcción de un nuevo estadio son los siguientes:
– aumento del tráfico;
– mayores fuentes de ruido, y frecuentemente hinchas/peatones agresivos;
– ruido proveniente del evento;
– iluminación exterior del estadio y luz artificial del evento;
– ensombrecimiento de propiedades adyacentes;
– carencia de actividad en las inmediaciones del estadio en días sin partidos;
– dimensiones inapropiadas del proyecto en relación con su entorno.
Un análisis detallado y un diseño adecuado, así como controles operacionales, pueden mitigar la mayoría de los problemas arriba mencionados para la satisfacción de los vecinos. Algunos ejemplos al respecto son: planificar el horario de partidos y el manejo de la multitud, considerar zonas restringidas de acceso, utilizar deflectores acústicos y de iluminación, construir el estadio a nivel subterráneo a fin de disminuir su altura,
y considerar en el proyecto la utilización del estadio para actividades extrafutbolísticas.
Un detallado diseño paisajístico, con plantación de arbustos, árboles y arriates de flores en el proyecto y sus alrededores, creará un enorme beneficio visual para los usuarios del estadio y la comunidad local. Enverdecer el lugar de un estadio realza la percepción y el hecho de que la obra respeta el medio ambiente y a sus vecinos. Asimismo, se debería considerar el impacto de ríos y lagos cercanos sobre la napa freática del lugar y, por tanto, respecto a la capacidad de drenaje del terreno de juego.
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