La disponibilidad de suficiente espacio libre en los alrededores permitirá realizar futuras ampliaciones y trabajos de remodelación. Muchos estadios famosos en todo el mundo se encuentran atrapados en medio de áreas fuertemente urbanizadas, encerrados entre calles, edificios y canales en sus inmediaciones. Sus posibilidades de renovación y remodelación se hallan restringidas por su entorno limitado, lo cual no constituye una situación idónea.
Sitios amplios reducen la probabilidad de abandonar un lugar a largo o incluso corto plazo por la incapacidad de poder incorporar alguna instalación imprevista. Lugares más amplios incrementan asimismo la posibilidad de proporcionar áreas de estacionamiento adecuadas – un requisito que probablemente continúe siendo válido en el futuro inmediato.
Debido a que los emplazamientos de los estadios se encuentran cada vez más en las afueras de una ciudad y aislados del transporte público, deben ser más amplios para ofrecer el espacio adicional de estacionamiento que se requiere. En tal situación, es esencial disponer de varios accesos convenientes a carreteras principales y autopistas.
La ubicación ideal sería probablemente un amplio lugar central de la ciudad, con buenas conexiones de transporte público, carreteras principales y autopistas, así como estacionamientos utilizables por otras personas cuando no se juega. Esto reduciría la probabilidad de que una gran área de estacionamiento sea utilizada únicamente de 100 a 200 horas al año. Un estadio que ambicione hospedar eventos internacionales
será más atractivo para los organizadores si se encuentra a una distancia confortable
de hoteles y de un entorno comercial activo, así como de un aeropuerto internacional.
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