Si se concibe que los objetivos económicos de largo plazo son sostenibles (caso
contrario terminarían negándose) se llega a la conclusión de que las buenas po-
líticas económicas -para ser tales- deben ser sostenibles. En otras palabras, que
una buena política económica es una buena política ambiental; lo cual, a su vez,
nos lleva a concluir que una buena política ambiental tiende a mejorar la eco-
nomía18. De allí que la pobreza y el lento crecimiento erosionen la sostenibili-
dad; lo que es lo mismo, la reducción de la pobreza mejora el ambiente y la sos-
tenibilidad. Ello supone una reconversión económica que tenga sustento en la
vocación productiva de la zona, pero también en la innovación de actividades
y servicios, que lleven a mejorar el posicionamiento y la competitividad de la
ciudad. En mercados globalizad|os y de fuerte competitividad, la especialización
productiva es fundamental.
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