Si se reemplaza el criterio geográfico por el agrupamiento de países homogé-
neos en cuanto a su nivel de su urbanización en el año 2000, se encuentra la
conformación de los cinco grupos que se muestran en el gráfico 4. Se puede ob-
servar con claridad la doble convergencia ocurrida, una entre los grupos y la
otra en el interior de los mismos, entre los años 1950 y 2000 y, también, cómo
sería la tendencia en las tres próximas décadas. Por otra parte, se pueden ver al-
gunos comportamientos ya destacados como el de dos países con muy rápida
urbanización (Brasil y República Dominicana) y otros dos de urbanización
muy lenta (El Salvador y Guatemala).
Transcurridos más de cincuenta años desde aquella tasa máxima de creci-
miento urbano de América Latina de los años 1940 (5,1 por ciento) la misma
se redujo a poco menos de la mitad de su nivel en el presente (2,2 por ciento
en 1990-2000); a la vez, se destaca que en este mismo medio siglo (1950 a 2000) la población urbana de la región pasó de 69 a 390 millones de personas.
La importante caída de la tasa de crecimiento urbano estuvo liderada por siete
de los diez países más urbanizados: Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Perú, Vene-
zuela y México (véase Cuadro 5), pero aún dos países (Bolivia y Paraguay)
muestran tasas de crecimiento urbano que, si bien ya descendentes, son más al-
tas que las que mostraran hace 50 años. Estrechamente relacionado con la dis-
minución de las tasas de crecimiento de las poblaciones urbanas y totales de los
países de la región, ha venido disminuyendo —y convergiendo entre los países-
la tasa de urbanización (Cuadro 5, 2o panel).
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