domingo, 10 de junio de 2012

Nueva York: vivir en las alturas

Con el nuevo World Trade Center renace el gusto de los neoyorquinos no sólo por trabajar sino también por vivir en las alturas, gracias a edificios que tocan las nubes.
- 06/06/2012
P asear como turista por la Gran Manzana es acostumbrarse a ir mirando hacia arriba, darse cuenta de que el paisaje vertical también existe y que puede ser muy atractivo. Desde hace unos meses, el sur de Manhattan presenta la silueta de la Torre 1 del World Trade Center, el gigante que, cuando se inaugure el próximo año, tomará el testigo de las fenecidas Torres Gemelas. Antes ya ha conseguido acabar con una década en la que el mítico Empire State ha reinado como el magnate de los cielos de Manhattan.

Pronto cientos de neoyorquinos irán a trabajar a ese edificio, que ya se distingue con claridad desde numerosos puntos de la ciudad y algunos afortunados experimentarán una sensación cercana al vértigo desde las ventanas de sus oficinas. Pero los neoyorquinos están acostumbrados a las alturas más allá de las que prestan sus puestos de trabajo.

Las adoran en sus múltiples formas: son el lugar idóneo para tomarse una copa cuando hace buen tiempo –los bares en las azoteas reinan en la noche Made in NY–, y también son una de las mejores opciones para estar lejos del olor a asfalto y la falta de luz de edificios pequeños. Con el tiempo, se han convertido en el mejor lugar para fijar la residencia.

Dormir entre las nubes

En Nueva York hay barrios y edificios para todos los gustos, pero si algo caracteriza a la gran urbe estadounidense son los rascacielos. Las mejores vistas de la ciudad están ahí arriba, en lo alto de unos edificios que jamás dejan de apuntalarse sobre el suelo rocoso de Manhattan.

Los amantes de esas alturas están de enhorabuena desde hace unos meses y es que mientras la Torre 1 escala el cielo, la última creación del arquitecto Frank Gehry abrió las puertas: El edificio New York, en el Bajo Manhattan. Se trata del edificio residencial más alto de Nueva York, que, además de presentar un diseño que lo entrega al movimiento, ofrece en alquiler el apartamento más alto de toda la Gran Manzana, donde se puede dormir literalmente entre las nubes.

Desde las últimas 20 plantas de un edificio que, con una silueta al más puro estilo Ghery, tiene la luminosidad como bandera y supera los 265 metros, se puede ver desde el barrio del Bronx, el que está situado ya en la parte continental de Nueva York, hasta la zona de Coney Island, en la punta suroeste de Brooklyn. Una vista que ha seducido ya a más de un inquilino y comprador, dispuesto a ganar privacidad, luz y paisaje en pleno corazón financiero de Manhattan.

El frenesí por las alturas sigue en aumento y la última joya con que Ghery ha adornado el “skyline” de Nueva York se quedará sin la corona del edificio residencial más alto cuando se estrene el llamado One57, en pleno Midtown.

El próximo año alcanzará los 306 metros de altura con 90 plantas y las vistas que propone van desde una panorámica completa de Central Park, el pulmón verde de la isla, al Empire State y, claro está, imágenes del río Hudson y el East River a lado y lado. Y con piscina incluida.

Precios por los aires

Los promotores de ese edificio, muy cercano al mítico Carnegie Hall, hablan de que su culminación supondrá una “icónica transformación del ‘skyline’ de Nueva York”, pero al que quiera tener un pedazo de esa transformación no le va a salir barato. El ático del One57, con seis habitaciones, está a la venta por un precio de altura: 110 millones de dólares. El departamento más modesto se queda, sin embargo, en cerca de 28 millones. Y alquilar por ejemplo un espacio en el piso 66 sale por la nada desdeñable cifra de unos 7.200 dólares al mes.

Alquilar un departamento en el edificio de Ghery en el Bajo Manhattan puede parecer más barato. Un espacio en el piso 72, con tres habitaciones, sale 14.100 dólares al mes, según los últimos anuncios en la agencia que los gestiona. Pero si se habla de los áticos, el alquiler sube hasta la franja entre 40.000 y 60.000 dólares al mes que presentan en el mercado los tres que el edificio tiene actualmente. Y es que cuanto más alta es la planta, más cara sale al bolsillo, una media de alrededor del 2% por piso, según los últimos estimados en Nueva York, una de las únicas ciudades estadounidenses que ha pasado por la crisis del mercado casi sin enterarse.

Más allá de Manhattan

Está claro que en Manhattan se concentra el mayor número de rascacielos, como el llamativo edificio que acoge la sede de Bank of America, en plena Sexta Avenida a la altura de Bryant Park, o el ahora hogar de The New York Times unas manzanas más alejado, ya en la Octava Avenida, pero el gusto por las alturas ya no es algo propio únicamente de Manhattan.

En los últimos años, Brooklyn, conocido más por sus señoriales “brownstones” y edificios de pocas plantas, ha abierto su espacio vertical a edificios residenciales que desafían las reglas de la gravedad. Son varios los que pueblan el llamado downtown de Brooklyn con interesantes diseños, pero el Brooklyner es el más alto. Vio la luz en 2009 con 51 plantas y 156 metros de altura, lo que permite a los inquilinos tener una envidiable vista de Manhattan desde el otro lado del East River.

Récord mundial

El gusto por las alturas también va unido al de los récords. Levantar un nuevo rascacielos en Manhattan y hacerlo batir una marca es algo que muchos promotores sueñan. Ahora mismo la Torre 1 del WTC quiere hacerse con la titularidad de oficio más alto de Estados Unidos, que ostenta la Torre Willis de Chicago, con 110 pisos. Según los diseños previstos, lo tenía que conseguir sin problema, pero un cambio podría evitarlo.

La torre iba a terminar con una aguja recubierta por una estructura de acero y fibra de vidrio, que ahora los promotores quieren suprimir, por lo que la aguja pasaría a ser antena, algo que en ocasiones no ha servido para arrebatar récords de altura. En cualquier caso, el edificio estará en los libros de récord, con una altura de 541 metros.

Actualmente, el mayor rascacielos del mundo es el Burj Khalifa, en Dubai, con 828 metros y más de 160 pisos, seguido del taiwanés Taipei 101, de más de 100 plantas y casi 510 metros de altura, y del World Financial Center de Shanghái, con 492 metros y 101 pisos. La lista de las mayores edificaciones del mundo a lo alto también la componen el International Commerce Center de Hong Kong y las famosas Torres Petronas de Kuala Lumpur, entre otros. (EFE Reportajes)

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