jueves, 31 de enero de 2013

Algunas reflexiones para la definición de una estrategia de intervención en la ciudad histórica - IV

7. Pero, ¿cuáles deberían ser los criterios para diseñar una estrategia de inter- vención que persiga la integración de las acciones? En los apartados que siguen se ofrecen algunas reflexiones que pueden ser de utilidad a esos propósitos, es decir para el diseño de una estrategia de intervención inte- gral. Debe advertirse de nuevo que aún existiendo principios que podrían considerarse como universales, el diseño es una cuestión local, es decir que debe contemplar las circunstancias propias de la realidad sobre la que se va a intervenir. Pero, en cualquier caso, puede propugnarse que la solida- ridad, la participación, el consenso y la sostenibilidad, deberían ser los ejes de la estrategia de intervención y la imaginación estar presente en el dise- ño de las fórmulas concretas.
8. Una primera cuestión, de capital importancia, se refiere al dominio de lo político o mejor de la decisión o la voluntad política. Esto quiere decir que la decisión de intervención debe ser expresada con claridad y que de- be manifestarse también el carácter que va a tener esa intervención. Y en este aspecto deben apuntarse algunas cuestiones de relevancia. Si la pretensión es la diversidad de objetivos y la integración de las accio- nes se hace necesario el consenso, el pacto, entre los diversos agentes in- tervinientes, públicos y privados. Aún cuando el motor o el papel de lide- razgo deba corresponder a la administración pública con el mayor prota- gonismo posible de la administración local, sería un gran error, fatal para la viabilidad de las actuaciones, pensar que es ésta quien debe ejecutar las acciones bajo su exclusiva atribución económica o social. Es imprescindi- ble el consenso, el acuerdo sobre los objetivos y los modos de conseguir- los, entre el sector público y los privados (empresarios, financieros, pobla- ción residente a través de sus organizaciones representativas). Pero este acuerdo debe alcanzar también a los propios departamentos de la administración pública. La corresponsabilidad administrativa forma parte también del consenso y no es en modo alguno una cuestión menor sino garantía de un buen diseño y una buen ejecución.
9. Las decisiones en el dominio político deben contemplar la posibilidad de que, a efectos de una gestión más ajustada y eficaz de las actuaciones, ha- ya que introducir cambios, vía desconcentración o descentralización, en la estructura político-administrativa de los departamentos de la administra- ción pública en relación con la puesta en ejecución del plan. Es un asun- to que, naturalmente, puede ir ajustándose durante la ejecución, pero de- be partirse de una propuesta inicial.

miércoles, 30 de enero de 2013

Algunas reflexiones para la definición de una estrategia de intervención en la ciudad histórica - III

5. Una primera cuestión, probablemente nada fácil de resolver, consista en la necesidad de cambiar la perspectiva existente sobre la ciudad histórica, en el sentido de trascender la visión de un recinto caracterizado por sus valores históricos o patrimoniales más que por su significación social refe- rida a la población residente (actual o virtual). En este caso, la posición dominante suele concebir a la ciudad histórica como un área dotada de potencialidades para recibir funciones vinculadas al turismo, al comercio, a la administración pública, etc., con escasas consideraciones referidas a la población residente, cuya categorización social, para complicar más el asunto, suele estar degradada (envejecida, empobrecida, etc. cuando no ausente). Tampoco suelen haber estudios fundados de los procesos de transformación que afectan a ese ámbito, que puedan arrojar luz sobre los cambios, no sólo edificatorios, sino también funcionales, económicos, de tenencia, sociales... y por tanto que llamen la atención sobre otras virtua- lidades de la ciudad histórica. Todos los elementos en presencia (conoci- miento' de la realidad, objetivos políticos, 'necesidades' económicas y fun- cionales...) empujan a definir acciones muy sectoriales, priorizadas según objetivos a corto plazo (¿la duración de los periodos políticos?) con esca- sa coordinación entre sí y, por lo general, dirigidas a asegurar algún tipo de 'rentabilidad' al servicio del turismo, la mejora del transporte y de las infraestructuras o el 'saneamiento social'.
6. Se hace necesario, por tanto, partir de una concepción de la ciudad histó- rica como un sistema integrado, cuyos elementos mantienen relaciones entre sí (que hay que tratar de conocer) y diseñar una estrategia de recu- peración (tipo plan o programa amplio) con acciones de un marcado ca- rácter integrador y con efectos de sostenibilidad. Pero debe advertirse que debe huirse, en este caso, de la obsesión por la perfección en el diseño de la estrategia que es una posición extrema, y pensar que una estrategia ini- cial que garantice un mínimo de integración en las acciones y de sosteni- bilidad y perdurabilidad en los resultados es siempre un avance respecto a la situación actual y puede servir como hipótesis en las fases primeras del cambio de perspectiva.

martes, 29 de enero de 2013

Algunas reflexiones para la definición de una estrategia de intervención en la ciudad histórica - II

3. La reflexión sobre este modo de intervenir en la ciudad histórica, a través del análisis sobre las consecuencias no deseadas, ha conducido a la con- ciencia de la necesidad de un cambio en esta concepción y, por consi- guiente, en las formas de actuar. Hoy existe una corriente de pensamien- to, que se está traduciendo en la práctica en ejemplos concretos, que pro- pugna la necesidad de construir estrategias amplias que permitan abordar la intervención con una perspectiva de integración de las acciones, es de- cir, mediante la definición de acciones diversas dirigidas a aspectos o ele- mentos distintos, no ya sólo coordinadas entre sí, sino pensadas y ejecu- tadas con un carácter de complementariedad. Esta perspectiva trata de re- cuperar la visión de la ciudad histórica como realidad heterogénea, de múltiples elementos y, en consecuencia, afectada por la complejidad de los procesos. Esta nueva visión constituye, sin duda, un reto, por cuanto obliga a replanteamientos profundos, más allá del objetivo de una mejor coordinación de las acciones', afectando a la selección de objetivos, a las formas de gestionar, a las implicaciones económicas y sociales, etc. Por otra parte, esta forma de ver la intervención en la ciudad no es de exclu- siva aplicación a los sectores o barrios más históricos de la misma, sino que puede ser de utilidad también para otros sectores de la ciudad, de ensan- che o periféricos. Responde, en suma, a una visión integradora, de recom- posición de la ciudad global, a partir del concepto de sostenibilidad, en- tendido como proceso creativo local en pos del equilibrio.

4. De las experiencias que se están desarrollando se pueden ir extrayendo al- gunas consecuencias, que aún cuando estén afectadas de cierta provisio- nalidad, pueden resultar de interés como orientaciones en las fases inicia- les de reflexión sobre la forma de intervenir.

lunes, 28 de enero de 2013

Algunas reflexiones para la definición de una estrategia de intervención en la ciudad histórica - I

ANEXO

"Junto con las familias y los barrios, las ciudades han sido la base de nuestras sociedades y estados, el centro de la industria, el artesanado, el comercio, la educación y el gobierno" (Carta de Aalborg)

1. La ciudad histórica, construida en el pasado, transformada continuamen- te, y cuya gestión, con perspectiva de futuro, nos corresponde en el tiem- po presente, es una realidad de gran complejidad, definida por conteni- dos y valores muy heterogéneos en términos arquitectónicos, funcionales, urbanísticos, culturales, sociales, económicos... Esta complejidad consti- tuye su máximo valor pero, paradójicamente, no es siempre contemplada así cuando se decide abordar la intervención, incluso en las escalas más modestas de las actuaciones; la norma es con frecuencia la ignorancia de esta riqueza y, la consecuencia la desconexión del contexto.

2. La intervención en la ciudad histórica se viene planteando con reiteración desde una perspectiva sectorial (el patrimonio edificado de valor, el tráfi- co, los espacios públicos, las infraestructuras, etc.) es decir centrada sobre un aspecto determinado, sin abordar la posibilidad de actuar sobre cues- tiones relacionadas y sin considerar las consecuencias sobre otros aspectos. Este modo de proceder tiene algunas ventajas tal vez desde el punto de vista de la eficacia inmediata en la gestión, de la consecución de objetivos a corto plazo: la recuperación de algún elemento urbano determinado en el marco de una única acción cuyos elementos se puedan controlar desde una sola instancia, sea un edificio de carácter monumental, una infraes- tructura, una plaza, o un equipamiento. Pero, también, encierra limitacio- nes respecto a la perdurabilidad de los objetivos y a las consecuencias so- bre aspectos colaterales, que no siendo objeto de la intervención son ig- norados.

domingo, 27 de enero de 2013

Programa de transformación de la infravivienda - III

con la posibilidad de que este tipo de actuaciones se puedan definir y de- sarrollar no solo sobre áreas centrales sino, también sobre barrios periféricos en los que la necesidad de regeneración residencial, urbanística y so- cial, crece día a día. 
En esta fase actual de la intervención en la ciudad histórica se trataría, en su- ma, de aplicar preceptos propios del desarrollo sostenible que es el nuevo mar- co de reflexión y de acción en Europa y en otros sitios, para la recuperación de la ciudad y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Ideas que aún es- tando presentes en la política de vivienda que se ha desarrollado en Andalucía, ahora al ser formuladas con la pretensión de un modelo teórico general de re- ferencia, expresado en Europa en documentos como la carta de Aalborg, la de- claración de Sevilla, la Agenda 21, los informes del Grupo de Expertos sobre el MAU de la Comisión Europea, las declaraciones de Hannover, Lisboa, Sevilla etc., tienen la ventaja de suministrar pautas mejor identificadas y compartidas y de proponer ideas que pueden ayudar a definir estrategias globales de inter- vención.

sábado, 26 de enero de 2013

Programa de transformación de la infravivienda - II

La Junta de Andalucía: programa las actuaciones financia en todo o en parte las obras financia y controla la redacción de los proyectos y la dirección de las obras El control del proyecto, competencia irrenunciable de la Junta de Andalucía, se justifica en la necesidad de obtener un producto que satisfaga los estándares es- tablecidos en este aspecto, la calidad edificatoria y arquitectónica. La evolución en el caso andaluz y la tónica general de España, en relación con las intervenciones edificatorias, muestra el paso gradual de la práctica indi- vidualizada, la 'resolución de casos' a una dimensión más global de la interven- ción. El desarrollo de numerosos casos individualizados ha permitido acumu- lar experiencia, crear una cultura de la conservación y la recuperación y estruc- turar la demanda, pero también ha conducido a la necesidad de elaborar estra- tegias de mayor escala y más heterogéneas en sus contenidos, con efectos sobre la estructura urbana de mayor dimensión y perdurabilidad. Es decir, lo que ha venido en denominarse las áreas de rehabilitación que definen modos de inter- vención flexible, adecuados a las circunstancias específicas del área y que res- ponden a principios del tipo siguiente:
actuaciones centrales o periféricas pero de ámbito sector o barrio, aplicación flexible de diferentes programas de rehabilitación o de nueva planta existentes o a definir en el marco de la misma actuación, definición de actuaciones sobre la base del acuerdo entre agentes públicos y privados. Desde las diversas administraciones públicas, a los particula- res, entidades financieras, organizaciones sociales representativas de la po- blación del sector. con un mayor peso en la coordinación global por parte de la administra- ción local. con la posibilidad de incorporar de forma articulada programas de otras administraciones públicas que impliquen en lo social una mejora de las condiciones de vida de la población. actuaciones concertadas con otros programas urbanísticos (transporte, in- fraestructura, equipamientos, espacios públicos) o sectoriales (cultura, empleo, actividad económica, asistencia social, lucha contra la exclusión social, aspectos medioambientales), así como de protección del patrimo- nio histórico y arquitectónico. con el esfuerzo de diseñar fórmulas de gestión que se inclinen más hacia la autogestión o la gestión descentralizada hacia entes específicos vincula- dos al ámbito de la actuación con capacidad de decisión, gestión y de ma- nejo de recursos económico-financieros.

viernes, 25 de enero de 2013

Programa de transformación de la infravivienda - I

Año
Número de
Inversión
vivienda
(Mili. De Ptas)
1987
31
35,1
1990
123
203,2
1991
113
212,3
1993
227
511,4
1994
305
810,0
1995
402
1.182,0
1996
332
690,5
1997
681
405,3
1998
1.943
2.923,0
1999/00 (*)
1.800
5.400,0
Total
5.957
12.373
Estos tres programas y el resto de los existentes se basan en una colaboración estrecha, aunque no exenta de tensiones políticas, entre las administraciones públicas (autonómica y local sobre todo) y los particulares. Se han producido, de facto y de iure, una distribución de competencias y responsabilidades entre la Junta de Andalucía (administración autonómica) y los municipios, sobre la base siguiente: 
Los municipios: 
proponen las actuaciones aportan los inmuebles a rehabilitar o los terrenos a edificar gestionan las operaciones en sus aspectos económicos y sociales seleccionan a los beneficiarios desarrollan el trabajo social de acompañamiento, para asegurar la integra- ción de la población. financian y ejecutan las obras de urbanización

jueves, 24 de enero de 2013

Evolución del Programa de Rehabilitación Preferente 1986/99 - II

Los principios de los que parre este programa son: 
  • conservación del sitio (la ubicación) e incluso de la estructura parcelaria existente, aún cuando ésta ofrezca una legalidad dudosa en ocasiones, 
  • mantenimiento de la población en su emplazamiento. Por principio se re- huye el traslado del vecindario a otro lugar, con objeto de conservar la es- tructura de relaciones sociales como un valor en sí mismo, 
  • mejora substancial de las condiciones de alojamiento mediante la combi- nación de la Rehabilitación con la obra nueva, hasta conseguir condicio- nes de vivienda de absoluta dignidad. 
  • mejora de las condiciones de vida de la población desarrollando, durante las obras y después de ellas, programas sociales que favorezcan su integra- ción. Los proyectos sociales deben ser aprobados conjuntamente con los proyectos técnicos. 
  • regularización jurídica de la situación de tenencia, tratando de poner or- den en los títulos de tenencia.
La Junta de Andalucía asume a su costa la financiación de los proyectos técni- cos, los proyectos sociales, la dirección de la obra y el coste de las obras hasta una cantidad máxima de 3,3 millones de pesetas por vivienda resultante (18.300 USD). Este coste es aproximadamente del 50% de una vivienda pú- blica de nueva planta. En algunos casos cuando hay propietarios con inquili- nos, los particulares aportan cantidades al presupuesto de las obras, regulán- dose mediante convenio el destino de las viviendas y la renta a aplicar a las mismas. Los municipios asumen el encargo de los proyectos, la gestión de las obras, el realojo de la población y las obras de reurbanización (siempre nece- sarias).

La evolución del programa queda expresada en la tabla siguiente:

miércoles, 23 de enero de 2013

Evolución del Programa de Rehabilitación Preferente 1986/99 - I

Año
Número
Inversión
vivienda
(Mili. Ptas.)
1986
717
171
1987
1.882
488
1988
3.667
1.316
1989
3.510
1.510
1990
4.664
2.100
1991
4.238
1.890
1992
4.132
1.895
1993
5.180
1.900
1994
6.058
2.200
1995
6.397
2.808
1996
7.240
4.600
1997
6.290
4.088
1998
4.415
3.400
1999
7.994
6.560
2000"
7.000
6.300
Total
73.384
41.226
La Transformación de la Infravivienda. Este es un programa que parte de algu- nos objetivos comunes a otros programas de rehabilitación pero que en este ca- so se enfrenta a situaciones límite. Se trata de recuperar un patrimonio edifica- do pero de muy baja calidad (lo que en España se conoce como infravivienda, escalón ligeramente superior a la chabola-barraca, villa miseria, rancho, etc.) y que siempre fue considerada como edificación a erradicar. Se trabaja con po- blaciones muy pobres, en una alta proporción perteneciente a la etnia gitana. La actuación edificatoria se acompaña siempre de programas de integración so- cial (educación, sanidad, formación, etc.) y de regularización jurídica de la te- nencia.

martes, 22 de enero de 2013

Un ejemplo de práctica de recuperación inmobiliaria residencial de la ciudad construida. El caso de Andalucía - V

Rehabilitación Autonómica. En este caso se trata de un programa que ayu- da a los particulares a rehabilitar la vivienda, mejorando sus condiciones o impidiendo la ruina física y la desaparición, mediante un esquema muy sencillo: el particular se compromete a ejecutar la obra sufragando a su costa el 50% del presupuesto de ejecución. la administración autonómica subsidia el otro 50% de acuerdo con la ejecución de la obra. el proyecto y la dirección de las obras es contratado por la administra- ción autonómica sin coste para el particular. los municipios gestionan la actuación (de muchas viviendas por lo ge- neral) y administran los fondos.
La práctica demuestra que el particular dedica siempre cantidades superiores al 50%, la media se sitúa entre 2 y 3 veces más, lo que resulta paralelo a la evolu- ción del tipo de obras que han pasado de ser simple mejora a intervenciones de carácter medio e incluso pesado. El tipo de obras comprende: intervenciones en fachadas, cubiertas, dotación de baños, eliminación de humedades, cambios de instalaciones, reordenación interior de la vivienda, elevación de plantas, refuer- zo de estructuras, etc. Es, con gran frecuencia, el programa más demandado. Por cada obra que se ejecuta hay cuatro solicitudes que no se pueden atender por escasez de fondos. Las ayudas definidas en el III Plan Andaluz de Vivienda y Suelo, tienen un valor medio en torno a las 900.000 Ptas (5-000 USD), lo que supone pre- supuestos de intervención como mínimo de 1,8 millones de pesetas (10.000 USD).

domingo, 20 de enero de 2013

Un ejemplo de práctica de recuperación inmobiliaria residencial de la ciudad construida. El caso de Andalucía - IV

En el campo de la rehabilitación han surgido programas diferentes por sus ob- jetivos y sus contenidos que configuran, un panorama de respuestas diferencia- das a situaciones diversas. Programas que han experimentado una evolución en el transcurso del tiempo, tanto en los aspectos procedimentales como en los contenidos y en los objetivos, que han tendido a una mayor diversidad y com- plejidad, de acuerdo con el propio cambio en la demanda. A modo de ejemplo se puede dar noticias de tres programas definidos por la administración autonómica (de un total de diez programas diferentes) que pueden ser indicativos de una escala de valor de lo patrimonial (de lo más a lo menos valioso).
Actuaciones Singulares. Este programa desarrolla actuaciones de rehabilita- ción pública directa sobre edificios de interés arquitectónico que es la ma- yor parte de los casos o construcción de nueva planta sobre terrenos estra- tégicos de la trama urbana consolidada. Cuando se trata de rehabilitación, el uso preexistente del edificio sobre el que se actúa puede no haber sido residencial (escuelas, cuarteles, fábricas, etc). En todos los casos el destino final es el de vivienda arrendada a familias necesitadas de bajo nivel de in- gresos. Familias del barrio preferentemente. Cada vez con más frecuencia las actuaciones incorporan locales para actividades sociales o culturales al servicio de la ciudad o el barrio. En unos casos los edificios y las vivien- das son propiedad de los Municipios y en otros de la Junta de Andalucía (la mayoría de las veces), que los administran, pudiendo ser vendidos a los inquilinos transcurrido un número de años. Por este procedimiento se han obtenido desde 1984, 2400 viviendas, con un coste global aproximado de 14.400 millones de pesetas (equivalentes a 80 millones de dólares USA del año 2000) y con un monto de ejecución en torno a los 6 millones de pesetas (33.000 USD)'. Se trata de actuaciones de alto impacto, muy relevantes, que han permi- tido ensanchar el horizonte de los modos de recuperar el patrimonio edi- ficado, además de solucionar el problema de la vivienda a ese número de familias. Actuaciones de gestión compleja, por lo que su número no pue- de ser elevado, deben tener una carácter estratégico.

sábado, 19 de enero de 2013

Un ejemplo de práctica de recuperación inmobiliaria residencial de la ciudad construida. El caso de Andalucía - III

Este esfuerzo rehabilitador quedó plasmado en los últimos 'Planes Anda- luces de Vivienda', con los datos siguientes:
En esta practica de recuperación del patrimonio subyacen algunas ideas que conviene explicitar. Así: la opción por la utilización del potencial inmobiliario que ofrece el patri- monio edificado. la visión amplia y flexible del concepto recurso, que trasciende su referen- cia exclusiva a lo económico. 
Recurso entendido como patrimonio exis- tente, fuerza de trabajo disponible, ayuda mutua, capacidad de gestión, etc., que se procura aplicar siempre a la actuación a desarrollar, la concepción de la vivienda como solución flexible que se genera en el marco de un proceso social que trata de dar una respuesta ajustada de par- tida, evolutiva en el tiempo al problema del alojamiento, el tema de la escala de la intervención, no rehuyendo por sistema y por ra- zones de eficacia el desarrollo de múltiples pequeñas actuaciones, el cuidado de las soluciones técnicas mediante el control público de los proyectos y las direcciones facultativas. la participación directa de los usuarios en el diseño y ejecución de las in- tervenciones. el papel activo de la administración pública en la programación y ejecu- ción de las actuaciones, correspondiendo la gestión cada vez más a los mu- nicipios. la oportunidad de considerar la vivienda, en el caso de algunos colectivos sociales como recurso útil para resolver otros problemas sociales (paro, po- breza, etc.) no estrictamente inmobiliarios.

viernes, 18 de enero de 2013

Un ejemplo de práctica de recuperación inmobiliaria residencial de la ciudad construida. El caso de Andalucía - II

Existen también planes de ámbito superior al munici- pal, en el caso andaluz denominados planes subregionales, que desde una ópti- ca de carácter territorial establecen preceptos para la protección del medio físi- co, la construcción de grandes infraestructuras, la localización de actividades productivas de alto impacto, etc. 
Al margen de esta noticia, lo relevante es có- mo la planificación es considerada siempre, con carácter previo o como míni- mo simultáneo, una opción vinculada a la intervención en la ciudad a la que confiere racionalidad, eficacia y transparencia democrática. La planificación fue contemplada como instrumento de definición del interés común y de articula- ción con la acción privada. 
La intervención rehabilitadora patrocinada por la administración pública, que se ha desarrollado en Andalucía desde 1984 sobre el patrimonio arquitec- tónico existente o sobre terrenos estratégicos de la trama urbana consolidada (cuando la sustitución era inevitable) persigue tres objetivos instrumentales principales: mejorar las condiciones de alojamiento de la población residente recuperar el patrimonio edificado adaptándolo física y funcionalmente a las necesidades residenciales actuales tratar de consolidar sobre bases de eficacia, la trama urbana. La rehabilitación constituye una opción clara de la política de vivienda andalu- za y un instrumento estratégico de primer orden para la recuperación de la ciu- dad. 
Desde 1984 se han diseñado programas específicos cuya aplicación está permitiendo resolver el problema de la vivienda a miles de familias y rehabili- tar o mantener otros tantos edificios. En Andalucía, con el apoyo de la administración pública, desde 1984, se han rehabilitado alrededor de 150.000 viviendas (de las cuales 120.000 con la ayuda exclusiva de la administración regional -la Junta de Andalucía- y 30.000 con apoyo conjunto de la administración autonómica y la administración cen- tral). A esta cifra habría que añadir otras, no evaluadas con precisión, desarro- lladas por la incitativa privada y por los propios municipios, cuyo sumatorio se estima en una cantidad equivalente a la cifra citada.

jueves, 17 de enero de 2013

Un ejemplo de práctica de recuperación inmobiliaria residencial de la ciudad construida. El caso de Andalucía - I

Andalucía constituye una de las diecisiete regiones autónomas de España. De las de mayor dimensión por su superficie, alrededor de 90.000 km. y desde luego por su población, en torno a los 7,5 millones de habitantes. 
Administrativa- mente organizada en ocho provincias y 700 municipios, cuenta con su propia administración, la Junta de Andalucía, con competencias en multitud de ma- terias. Por su nivel de desarrollo económico es, sin embargo, una de las regio- nes con indicadores más desfavorables en el conjunto de la Unión Europea, con un producto interior bruto de aproximadamente, 10.000 USD, lo que es un nivel muy bajo para una región europea, cuya media se sitúa en torno a los 18.500 dólares americanos. Desde el punto de vista administrativo posee competencias plenas desde 1983 en materia de planificación urbana y, desde 1984, en política de vivienda. 
La experiencia que se describe en este punto se refiere al enfoque concep- tual que ha presidido, desde el año 1984, la reflexión y la acción sobre la ciu- dad construida, en términos de política residencial y más en concreto de reha- bilitación inmobiliaria. 
Un primer aspecto a aclarar es la larga tradición en España de la planifi- cación urbanística con un fuerte arraigo en la práctica administrativa, en todos los niveles de la administración pública, especialmente en el municipal. Es sig- nificativo el hecho que los municipios españoles, sobre todo a partir de las pri- meras elecciones democráticas del post-franquismo en 1979, se marcaron co mo una cuestión política prioritaria la elaboración y aprobación de planes de urbanismo de diversos tipos, con el objetivo de someter a bases racionales y consensuadas la ordenación y el desarrollo urbanos, así como el régimen jurídico de uso del suelo. 
De hecho, hoy la totalidad de los municipios andaluces disponen de planes de urbanismo que regulan la actividad inmobiliaria en relación con la ocupación y uso del suelo. Estos planes se actualizan periódicamente o cuando surgen circunstancias nuevas que obligan a replantear algunas de sus determinaciones.

miércoles, 16 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - VI

la resolución digna del problema del alojamiento de colectivos sociales desfavorecidos. 
la contribución a la fijación de población en el caso de los centros histó- ricos, y en cualquier caso por su capacidad potencial de favorecer la hete- rogeneidad social. 
la recuperación del patrimonio edificado, extrayendo interesantes virtua- lidades del mismo y atemperando así en determinadas circunstancias el proceso de extensión de la ciudad. 
la creación de una nueva cultura urbana basada en la valoración y el res- peto hacia la ciudad heredada que trascienda una visión, demasiado ex- tendida, de la ciudad como campo de Agramante de las prácticas inmobi- liarias de los agentes privados. 
la garantía de integración de políticas sectoriales en el marco de la plani- ficación, que es una competencia irrenunciable de la administración pú- blica. la posibilidad de poner en marcha políticas de acuerdo y consenso con los principales agentes económicos y sociales que operan en el sector inmobi- liario urbano. 
la garantía de la aplicación de recursos económicos y la integración de otro tipo de recursos en operaciones cuyo atractivo inicial para la iniciati- va privada suele ser escaso. 
Por tratarse, en suma, para el caso tan frecuente de ciudades desarticuladas en lo urbanístico y desestructuradas en lo social, de un instrumento muy útil para desarrollar una acción correctora de desequilibrios e integrador de las solucio- nes, condiciones indispensables en una estrategia de recuperación de la ciudad.

martes, 15 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - V

Una de las tesis de esta comunicación es resaltar la importancia que para los propósitos de la recuperación urbana tiene la política de vivienda, entendi- da como la definición por la administración pública de estrategias inmobilia- rias de contenido básico residencial y con objetivos sociales. 
La práctica de su ejecución será con el concurso de los agentes privados (propietarios, residen- tes, promotores, constructores, entidades financieras, etc.). 
Uno de los mayo- res errores cometidos con el empuje de la ola neoliberal, por las desastrosas consecuencias que para la situación del alojamiento y para la ciudad ha teni- do, fue considerar la cuestión del alojamiento como un asunto estrictamente privado a resolver en el marco de la relación entre oferta y demanda. 
Un asun- to en el que a la administración pública solo le correspondía, si acaso, la ac- ción asistencial para determinadas situaciones vinculadas casi siempre al con- cepto de emergencia. 
Lo que aquí se propugna es la recuperación actualizada a los nuevos tiem- pos, de una vieja tradición de la política de vivienda, tanto europea como lati- noamericana, entendida como competencia propia de la administración, por cuanto constituye un instrumento privilegiado de intervención y de recupera- ción en la ciudad, muy conveniente por su influencia directa en aspectos como: la regulación de los modos de funcionamiento del mercado del suelo ur- bano y del mercado inmobiliario (control sobre el crecimiento y ordena- ción de la ciudad).

lunes, 14 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - IV

Conocer aquellas experiencias que acompañan las políticas de recupera- ción con programas de integración social y de formación para el empleo es de gran importancia, cuando la práctica recuperadora afecte a colectivos sociales vulnerables, de manera que la mejora física y funcional del hábitat se comple- ta con acciones sociales educativas, de salud y de capacitación profesional, con el objetivo de crear condiciones globales que garanticen una mejora substancial de la calidad de vida, una ruptura de las circunstancias sociales y económicas que generan o acompañan al problema residencial. 
Crear cultura de la ciudad que favorezca su recuperación es difundir las acciones que se desarrollan mediante la práctica del fomento y la difusión, con el objetivo de generar entre la población un estado de opinión positivo ante es- te tipo de acciones. 
La expresión de rodas estas ideas y objetivos manifiesta que el diseño de una estrategia que trata de dar respuesta a estos aspectos es una cuestión de gran complejidad que necesita definirse y aplicarse sobre la base de un consenso so- cial amplio como garantía, entre otras cosas, de integración de los diversos in- tereses. El papel de la administración pública es, en consecuencia, decisivo. 
Cualquier intento de afrontar esta tarea recuperadora que no sea impulsada por la administración pública está destinada al fracaso, puesto que no se trata de corregir, mediante retoques, las disfunciones que genera un modelo, el de mer- cado, sino de introducir cambios substanciales en su funcionamiento, asunto que sólo pueden abordar los poderes públicos. Otra cuestión, no menor, es de- finir el carácter que la intervención pública debe tener, que en principio debe- rá responder a criterios de heterogeneidad en las fórmulas, flexibilidad en la aplicación, consenso social y político y cofinanciación con el sector privado.
Una parte de los fondos necesarios para acometer estrategias de este tipo deben venir necesariamente del sector público. Esta visión obligará a introducir cam- bios sustanciales en los instrumentos legales, jurídicos, que enmarcan la acción pública y la acción privada en la ciudad, las competencias y los límites de la in- tervención.

domingo, 13 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - III

La visión de la ciudad construida referida solo a lo estrictamente inmobi- liario resultaría una reducción empobrecedora. El espacio público debe ser con- siderado como parte muy substancial de esa herencia. Por tal habría que enten- der calles, avenidas, plazas, jardines, parques u otras zonas libres que con fre- cuencia aparecen en la trama urbana y cuya relación con la población es muy estrecha. La intervención en los mismos, tiene efectos multiplicadores sobre la trama edificada del entorno y conecta directamente con las expectativas de la población, forman parte del imaginario de calidad de vida al que aspira la gen- te. Además, muchas actividades de la población, en parte intangible pero en parte también mensurables, se desarrollan en ese 'marco para la vida' que es el espacio público: el crisol de la cultura urbana. Los aspectos medioambientales referidos a cuestiones como la polucion atmosférica, el ahorro energético, el aislamiento termo-acústico, la racionaliza- ción en el consumo de agua, el control de los residuos sólidos o de las aguas ser- vidas o la presencia del verde en la ciudad, no constituyen (aunque a veces pue- da parecerlo por el tratamiento de los medios) una moda en el momento actual de preocupación sobre la ciudad, sino que hay un acuerdo generalizado entre los expertos urbanos en considerar estas cuestiones como necesitadas de una re- solución equilibrada si de verdad se quiere afrontar el reto de la recuperación de la ciudad. La recuperación no debe considerarse solo como la práctica que desarro- lla obras destinadas a mejorar o poner en valor aspectos físicos. Tampoco debe pensarse que los aspectos de refúncionalización son el único complemento a te- ner en cuenta. La recuperación de la ciudad es siempre un proyecto de gran complejidad en cuyo contenido deben figurar metas de tipo cultural, en senti- do amplio. 
Crear cultura de la ciudad significa, entre otras cosas, que habría que esforzarse por estructurar una demanda social que aspirase, como expecta- tiva de calidad de vida, a residir en una ciudad recualificada dotada de servicios y equipamientos, cuidada en lo arquitectónico, integrada en lo urbanístico, es- téticamente equilibrada. Se debería fomentar la vinculación del sector inmobi- liario a la práctica rehabilitadora como garantía de la existencia de oferta sufi- ciente. Fijarse como objetivo que tanto demanda como oferta manejen concep- tos similares cuando se piensa en resolver necesidades residenciales en el marco de la ciudad construida.

Los secretos de la arquitectura sagrada

Cuando tenía 15 años, Andrés Kuljis diseñó la casa que hoy habitan sus padres. Leyó revistas y libros, elaboró los planos, las maquetas virtuales e imaginó espacios amables y acogedores sin saber que algún día ésa sería la residencia permanente de su familia.

Los Kuljis, entonces, vivían en Miraflores y el terreno que tenían en Huajchilla estaba pensado para una cabaña de fin de semana. Andrés dio rienda suelta a su creatividad. Se inspiró en lo que había visto sobre el estilo arquitectónico mexicano y la casa se construyó, entre otras cosas, con materiales antiguos, como una escalera de caracol que pertenecía a lo que alguna vez había sido el edificio de un banco.

Hoy, más de 15 años después, cada rincón de la sala está plagado de detalles, sobre todo de antigüedades que sus padres adquirían, en parte, pero que, más que nada, eran obsequiadas por amigos que sabían que adoran los objetos antiguos.

En un rincón de la sala, en una de las paredes, hay una ducha antigua que se calentaba con alcohol, proveniente de una finca de Cochabamba, aunque también teléfonos antiguos y luminarias que hace décadas estaban instaladas en La Paz. “Las luminarias me las vendieron, estaban guardadas en un depósito de la Alcaldía”, dice Kuljis.

Afuera, en las gradas y paredes, se distingue la forma de caracoles que Andrés llama “fractales”. No se trata de figuras meramente decorativas ni aleatorias, sino de símbolos en los que Andrés encuentra un significado: “Se llaman fractales y simbolizan las ‘verivueltas’ que da la vida”, cuenta.

Según explica, existen ciertas imágenes geométricas que se consideran sagradas, de las cuales emana energía y que tienen influencia positiva sobre las personas.

Otro de esos símbolos es la Flor de la Vida, que también está representada en los tallados de las pesadas puertas de madera de la entrada a la casa.

La “geometría sagrada”

Andrés es un promotor de lo que él llama la “arquitectura sagrada”, una tendencia basada en la llamada “geometría sagrada”.

La “geometría sagrada” se funda en la relación entre determinadas formas geométricas, las matemáticas y la naturaleza. Está relacionada con el esoterismo y se remonta a los tiempos de Platón, específicamente al diálogo el Timeo, en el que se postula que Dios se sirvió del dodecaedro para trazar el plano del universo.

Pero lo que actualmente se conoce como “geometría sagrada” también tuvo seguidores a principios del siglo XX, cuando se dio una reacción frente al positivismo que se negaba a reducir al ser humano a la naturaleza.

La geometría, más allá de las matemáticas y la naturaleza, se relacionaba entonces con el espíritu. Además de haber creado el concepto de espacio, la geometría es “la materia con que se construye el espíritu”, dijo entonces Henri Bergson, el filósofo francés ganador del premio Nobel de Literatura en 1927.

Símbolos

Las figuras geométricas que se encuentran en la naturaleza, como los hexágonos en los panales de abejas, en los salares y en las formas en los copos de nieve, en los vegetales y en el mundo mineral se repiten en los órganos y células del cuerpo humano: están en la base de una creación perfecta.

“Creo que la primera vez que entré en contacto con todo esto fue cuando mi papá me regaló un microscopio”, afirma.

La “arquitectura sagrada” o divina busca reproducir esas figuras, imitar sus proporciones, para crear armonía y equilibrio en quienes habitan una casa, por ejemplo. Pero al margen de algunas formas geométricas específicas, también están ciertos símbolos, que según quienes profesan la “geometría sagrada” se repiten no solamente en distintas imágenes pertenecientes a culturas ajenas entre sí, sino también en sus construcciones y representaciones.

Una de esas formas es, según el escritor Drunvalo Melchizedek, a quien Andrés Kujis lee y sigue, precisamente la Flor de la Vida. Para Melchizedek “la Flor de la Vida contiene dentro de sus proporciones todos y cada uno de los aspectos de la vida que existen. Contiene cada fórmula matemática, cada ley de la física, cada armonía de la música, toda forma de vida biológica, incluyendo el cuerpo humano. Contiene cada átomo, cada nivel dimensional, absolutamente todo lo contenido en universos de forma de onda”. La teoría del Melchizedek es relativamente reciente. Sin embargo, según se dice, la Flor de la Vida se encuentra en el templo de Osiris, en Egipto, en construcciones antiguas de Rumania, Israel y hasta de China.

Otro de los símbolos relacionados con la Flor de la Vida es el Cubo de Metraton, un cuerpo geométrico que, según afirman, a su vez se relaciona con los poliedros regulares convexos platónicos. El Cubo de Metratron también se utiliza como protección contra poderes satánicos.

Figuras andinas

Según Andrés Kuljis, quien estudia a fondo la “geometría sagrada” para plasmarla en su arquitectura, también la cultura andina posee unas figuras especiales relacionadas con lo sagrado, como la Cruz Andina.

Uno de los proyectos que comparte con sus colegas es adquirir departamentos viejos y derruidos y “reconstruirlos”, mediante la aplicación de ese conocimiento.

Hace algunos meses, debido a un accidente que sufrió, tuvo que ser internado en el hospital general de la ciudad de México. El sitio le pareció sórdido y triste. “Pienso que se debe generar una propuesta de arte para que a través de figuras y símbolos se puedan sanar estos espacios y a quienes se mueven en ellos”, dice.

sábado, 12 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - II

El hilo conductor de este documento pretende llamar la atención sobre la necesidad de reflexionar y diseñar fórmulas sobre la recuperación del patrimonio edificado sin cuya resolución no es realista pretender el regreso a la ciudad. 
Pero, el propio concepto de patrimonio edificado y su recuperación exige algunas precisiones. No se refiere sólo al patrimonio edificado de mayor valor o significación arquitectónica o artística (entiéndase monumentos) sino al conjunto del acer- vo edificado durante el transcurso del proceso, más o menos largo, de formación de la ciudad, cuyo resultado indica que lo 'doméstico' prima, en volumen, sobre lo monumental. 
La recuperación puede efectuarse para usos de amplio espectro, existentes o cuya implantación sea necesaria para cubrir déficits. Una de las tesis es que el uso residencial puede considerarse como un adecuado 'motor para la recupera- ción', aspecto clave o substancial aunque, por lo general esté poco desarrollado y sea considerado con frecuencia como un 'asunto del todo privado'. 
Por otra parte las actuaciones que se dirijan al patrimonio edificado deben comprender acciones de mantenimiento, mejoramiento o rehabilitación en sentido estricto. Pero la ciudad construida no es sólo el centro histórico. Una política de recuperación global de la ciudad debe reflexionar y diseñar instrumentos de in- tervención sobre el resto de elementos de la misma. Así los primeros ensanches, que en muchos casos forman parte de la ciudad histórica, en América Latina sobre todo, los desarrollos posteriores, lo que en términos europeos se suele expresar como la periferia, deben también ser contemplados como campo de las acciones de recuperación. Porque ahí reside la mayoría de la población.
Por lo que se refiere al centro histórico la acción debe saber combinar la rehabilitación o intervención edificatoria destinada a implantar usos (preexis- tentes o de nueva creación) respetando los valores arquitectónicos esenciales de los edificios, garantizando su funcionalidad, adecuados a los requerimientos ac- tuales, con la sustitución selectiva de inmuebles irrecuperables o la edificación de nueva planta en terrenos vacantes, lo que introduce el debate sobre la pre- sencia de ejemplos de arquitectura contemporánea en la ciudad histórica.

viernes, 11 de enero de 2013

La recuperación de la ciudad construida - I

Un esquema posible de reflexión que facilite posicionarse sobre el futuro de la ciudad, y permita formular objetivos a perseguir en la evolución que ésta ten- drá en las próximas décadas, debería centrarse en la consideración de algunas cuestiones cruciales en el contexto de la discusión sobre el regreso a la ciudad construida: en primer lugar, la necesidad de recuperar el patrimonio edificado, por las potencialidades que encierra para resolver los problemas, los déficits, las carencias que manifiesta la ciudad e, incluso, por su capacidad para elevar de forma notable la calidad de vida de la gente. en segunda instancia, si la ampliación de los límites de la ciudad aún re- sultase inevitable, ésto debe producirse siempre de forma planificada, en ningún caso sin avanzar en la resolución de la primera cuestión.

No re- sultaría coherente planificar el crecimiento de la ciudad sin actuar al mis- mo tiempo sobre la ciudad construida, porque la experiencia demuestra que una parte significativa de las necesidades que justifican el crecimien- ro en extensión (vivienda, equipamientos...) pueden y deben resolverse en la ciudad ya construida.

En un escenario futuro y probable de conten- ción del crecimiento demográfico, parece una posición casi de sentido común. cuestión básica es la del poder local, entendido en términos de capacidad real para decidir y de disponibilidad de recursos para acometer las accio- nes.

Sin resolver en términos equilibrados esta cuestión, es difícil diseñar una política para la ciudad en cualquiera de los aspectos que podamos considerarlos: equipamientos, vivienda, transporte. Esto conduce a una reformulación de la relación de poder político entre administración local (los municipios) y las autoridades centrales, que en el estado actual resul- ta insatisfactoria para enfrentarse a los retos que el futuro nos depara en el gobierno de nuestras ciudades. La centralidad de lo local necesita ser re- conocida en términos políticos y económicos.

jueves, 10 de enero de 2013

El regreso a la ciudad construida. La recuperación de la ciudad - III

Una de las ventajas de la globalización es que, jun- to a la extensión casi universal de las formas de consumir o de relacionarse, fa- vorece una generalización de las aspiraciones de la población hacia formas de vida de mayor calidad. 
En el momento actual significa el derecho a ciudades más eficientes, que funcionen mejor, o ciudades más justas. Esta aspiración se- rá, sin duda alguna, una reivindicación creciente de la población en las próxi- mas décadas. El momento actual debería ser aprovechado para intentar una reformula- ción de la visión y de las estrategias de recuperación de la ciudad construida, que persiga extraer las potencialidades que encierra su estado actual. 
Tal vez es- temos ante un nuevo momento de la planificación urbana, una nueva forma de concebir las políticas sectoriales urbanas, que aun cuando tengan formulacio- nes diferenciadas, partan de objetivos comunes, integradores, consensuados, globalizadores, que consideren, por ejemplo, aspectos relevantes del discurso actual sobre la ciudad sostenible. Las ciudades seguirán desarrollándose, incluso es probable que aún ten- gan que ampliar sus límites en el futuro próximo. 
Pero esta vez sería una grave dejación de responsabilidad, por parte de quienes tienen la competencia, que este proceso se produjera de forma 'natural' u organizado por las fuerzas que operan en el mercado, sin algún tipo de posición respecto a cómo debe produ- cirse esa evolución, que en el momento actual debe entenderse como pronun- ciamiento respecto a qué hacer con la ciudad existente. 

Cómo considerarla y actuar sobre ella para diseñar respuestas que consideren sus potencialidades, sean estas arquitectónicas, urbanísticas, económicas o sociales.

miércoles, 9 de enero de 2013

El regreso a la ciudad construida. La recuperación de la ciudad - II

En América Latina el crecimiento urbano iniciado a ritmo muy vivo a fi- nal de la década del 50, sufrió una aceleración notable en las siguientes déca- das, aunque el fenómeno parece, en este momento, atemperado. Los resultados son ya conocidos. Junto a la inferencia estadística de tener tasas de urbaniza- ción de las más altas del mundo, está el hecho, que parece más relevante, de presentar un cúmulo de ciudades de gran dimensión, plagadas de déficits, fun- cionamiento ineficiente, y que se encuentran necesitadas de profundos replan- teamientos en sus formas de organización y administración. Ciudades que con frecuencia no parecen ser tales, sino grandes conglomerados urbanos faltos de estructura aparente, con problemas de integración, instalados en el conflicto, etc. 
Aglomeraciones urbanas de periferias casi infinitas, de centros urbanos con frecuencia abandonados física y socialmente a la ruina; a la tugurización, a ve- ces colapsados por una acumulación de problemas físicos y funcionales. Pero al mismo tiempo, ciudades preñadas de virtualidades para el cambio, con pobla- ciones jóvenes y dinámicas, con redes sociales eficaces, en las que nuevas for- mas de organización social ensayan su virtualidad; ciudades con una gran com plejidad funcional, cada vez más reivindicativas frente a los poderes centrales. Situación propicia para la reflexión sobre los límites del crecimiento y so- bre la acción recuperadora. 
Momento que debe ser entendido como una opor- tunidad histórica para introducir cambios en las formas de concebir y proce- der sobre la ciudad por parte de los agentes sociales que tienen responsabilida- des o competencias sobre la administración de la ciudad, con especial referen- cia a los poderes públicos. 

martes, 8 de enero de 2013

El regreso a la ciudad construida. La recuperación de la ciudad - I

Crecimiento extensivo vs. crecimiento intensivo

 Los procesos de urbanización que conoce el mundo, en los últimos 30 años, son generalizados en todos los países. Aun cuando las causas de índole econó- mica y social son muy diversas, las consecuencias son comunes y evidentes por doquier. 
El mundo es cada vez más urbanizado, la proporción de población que reside en núcleos medios y grandes es mayor, los modos de vida tienden a ho- mogeneizarse siguiendo pautas urbanas, la distribución clásica entre lo urbano y lo rural carece de significación en muchos ámbitos. Lo metropolitano aumen- ta su significación. Los problemas que afectan a las ciudades muestran crecien- tes similitudes entre unas y otras, aun cuando la escala introduzca rasgos dife- renciales significativos. 
Estos procesos de urbanización, con causas diferentes y manifestaciones propias en cada país podrían, de forma resumida, substanciarse en dos grandes hechos, dos manifestaciones muy generalizadas: La extensión de las formas de la vida urbana, entendida en términos de homogeneización creciente de los modos de satisfacer necesidades básicas, de relacionarse y sobre todo de consumir. Extensión en cualquier caso de- sigual. El incremento de la población residente en aglomeraciones urbanas, y más en concreto el crecimiento de las ciudades, inducidos por la expansión de- mográfica y por los procesos de emigración del campo a la ciudad.
El resultado: la mayor parte de la población del mundo es ya, al menos por su ubicación, urbana. Para el año 2000 se preveía que alrededor del 50% de la po- blación mundial viviera en ciudades. Incluso continentes como África, repre- sentativo durante mucho tiempo del paradigma de la ruralidad, lo es cada vez menos. Más del 50% de la población africana vive en núcleos de dimensión media y grande. Surgen grandes aglomeraciones urbanas como El Cairo o La- gos que nada tienen que envidiar por su dimensión demográfica y por sus pro- blemas a cualquier 'ciudad' en otro continente.

lunes, 7 de enero de 2013

Los nuevos conceptos

Partiendo de la hipótesis que nos encontramos viviendo en una nueva ciudad (objeto empírico), es deseable, como así ocurre, que repensemos la ciudad en América Latina. Por ello han empezado a desarrollarse nuevos conceptos que tienden a explicar los nuevos fenómenos y realidades urbanas. 
La ciudad originalmente entendida a partir de temas como el crecimiento periférico, la 'metropolizaciórí, la renta del suelo, entre otros, tiende a ceder ante las nuevas preocupaciones del desarrollo intra e interurbano, del gobierno de la ciudad, de las modalidades de producción de los servicios, de la competitividad y del posicionamiento de la ciudad, entre otros. 
En otras palabras, nace un nuevo concepto de ciudad que requiere de una nueva terminología: competitividad, globalización, planificación estratégica, En este contexto, los grandes saltos conceptuales se producen en una doble dimensión: por un lado, con el aparecimiento de las visiones de la ciudad como un bien estratégico (economía) y como actor (sociopolítico) y, por otro lado, la ciudad como un espacio socio-comunicacional (cultural) e informacional, que conduce a la concepción de ciudad en red, que supera a la concepción como frontera.

domingo, 6 de enero de 2013

El medio ambiente

El modelo de ciudad vigente se fundamenta en el despilfarro: se consume más energía, agua, suelo del necesario. Introducir el concepto de racionalización y ahorro energético, a través de transformar la lógica expansiva de la ciudad (re- centralización en vez de expansión), de reducir y reciclar los residuos sólidos (defensa del consumidor), de mejorar el mantenimiento de los servicios (eliminar el desperdicio), etc., es necesario. 
Mejorar la conservación del patrimonio natural, de los parques, jardines y de espacios públicos. La calidad urbana debe tener un peso mayor, surgida de la revalorización de la ciudad, porque a nadie le gusta vivir en ciudades feas, nadie se identifica con ellas y la calidad de vida es mala. Esta revalorización de la calidad urbana tiene que venir en una triple consideración: ambiental, social y estética. Esto significa, intervenir en la solución funcional de los problemas, sin descuidar las relaciones sociales y la resolución estética. Se requiere un proceso de transformación cultural en el que aparezca una nueva relación entre el hombre y la naturaleza, que lleve a construir una cultura ambiental: cultura de riesgo, de comportamientos para no ensuciar, formación ambiental y participación ciudadana en la mejora de la calidad de vida. Además, desarrollar una reglamentación, porque, tal como señala el Banco Mundial, "el mercado no prevé ningún mecanismo para que las personas afectadas puedan participar en las decisiones de la firma y obligarla a pagar el costo del caso y reducir sus emisiones". 
Reducción de la contaminación aérea (principalmente vehicular), de agua (tratamiento de los ríos), suelo y paisajística. Hacer proyectos que disminuyan los impactos ambientales. Formular una ley del consumidor que vele por la calidad de los productos, que consuma menos energía, que produzca menos contaminación y que propenda a la disminución de la cantidad de basura que produce. Este conjunto de temas deben estructurarse en la siguiente triada: lo simbiótico que conduce a la integración social; lo simbólico que permite múltiples identidades; y lo sostenible que lleva a la integración ambiental. De esta mane- ra, la ciudad sostenible será aquella que produzca más ciudad para más ciudadanos y más ciudadanos para más ciudad.

sábado, 5 de enero de 2013

El marco institucional

En un contexto institucional donde existen problemas de centralización, dispersión de poderes, poca participación y representatividad, y una acción sectorializada, es imprescindible replantear su organicidad. Mucho más si los sectores que toman las decisiones no han logrado asumir el tema con la urgencia que el caso amerita. Es necesario generar 'flexibilidad institucional' en el que se con- temple un marco normativo y legal nuevo, el impulso a los procesos de descentralización integrales, la necesidad de institucionalizar formas de participación de la población (v.gr. el presupuesto participativo, consejos verdes) y de ampliación de las formas de representación (v.gr. de género, pobladores).

jueves, 3 de enero de 2013

La integración social

La ciudad excluye a muchas personas de los beneficios que crea, la pobreza restringe a una parte importante de la población de las más elementales condiciones de vida, las creencias e identidades colectivas se redefinen, tanto sobre la ba- se de nuevas centralidades políticas como de la mercantilización de las relaciones sociales. Pero también la política y lo político reducen su condición de elementos unificadores de la vida social, y resignan su cualidad de articuladores de las diferencias. Si la ciudad no llega a todos los habitantes, si el mercado segrega y si la política excluye no se puede concebir la existencia de una real ciudadanía'. De esta manera, la integración social solo será posible si se reconstituye y recupera la categoría de ciudadanía. Porque el concepto de ciudadanía hace alusión a la participación plena en la economía (tanto en el consumo como en la producción), en la política (representación, legitimidad) y en la cultura (múltiples identidades).

miércoles, 2 de enero de 2013

Una ciudad abierta al mundo

Promover e integrar la ciudad al mundo significa redefinir su centralidad en un contexto que desborda el ámbito nacional. Es un cambio significativo de su concepción, porque sus tradicionales funciones y competencias (generador de servicios para el cantón) son transformadas y porque tiene que atraer -entre otros- inversiones, productos, información, consumidores y profesionales, y además, exportar productos, servicios, cultura que las personas y las institucio- nes proveen. En otras palabras, tiene que generar las condiciones de competid vidad (conectividad, flexibilidad institucional, innovación tecnológica y cultural, calidad de vida) y posicionamiento.

martes, 1 de enero de 2013

Fortalecimiento de la base económica

Si se concibe que los objetivos económicos de largo plazo son sostenibles (caso contrario terminarían negándose) se llega a la conclusión de que las buenas po- líticas económicas -para ser tales- deben ser sostenibles. En otras palabras, que una buena política económica es una buena política ambiental; lo cual, a su vez, nos lleva a concluir que una buena política ambiental tiende a mejorar la eco- nomía18. De allí que la pobreza y el lento crecimiento erosionen la sostenibili- dad; lo que es lo mismo, la reducción de la pobreza mejora el ambiente y la sos- tenibilidad. Ello supone una reconversión económica que tenga sustento en la vocación productiva de la zona, pero también en la innovación de actividades y servicios, que lleven a mejorar el posicionamiento y la competitividad de la ciudad. En mercados globalizad|os y de fuerte competitividad, la especialización productiva es fundamental.