viernes, 26 de abril de 2013

La participación social en la gestión de los centros históricos - III

Está en juego la legitimidad del proyecto que cada ciudad pueda llegar a formular en torno al devenir de sus centros históricos. Aquí se entiende mejor la importancia que puede llegar a tener la presencia de un fuerte liderazgo político, y el carisma de un alcalde. Por eso también, el hecho de que algunos alcaldes hayan podido proyectarse políticamente hacia la presidencia del gobierno regional, e incluso nacional, sobre la base de una recuperación relativamente exitosa del centro histórico de su ciudad. Pero esta cuestión central de la gobernabilidad democrática y de la legiti- midad del proyecto refiere a un tema sobre el cual algunas voces, en particular la UNESCO, han llamado desde hace tiempo la atención, que un documento reciente del BID denomina 'la apreciación social del patrimonio urbano'9, y que retoma la Declaración de México al declarar que los procesos de recupera- ción de los centros históricos deben contemplar acciones de "recuperación del tejido social y de la dinámica económica y cultural de nuestros centros históri- cos estimulando la apropiación social del patrimonio por parte del conjunto de la ciudadanía".
Sin embargo, el futuro de los centros históricos, es decir, el destino que tendrán sus espacios abiertos y sus edificios, depende en gran medida de hasta que punto se dará la democratización de su apropiación como 'patrimonio' co- lectivo. Llama la atención que muy pocas ciudades, el caso de La Habana Vie- ja es tal vez una excepción, estén llevando a cabo programas pedagógicos y de comunicación social en torno a la importancia y prioridad de una política de rescate y conservación del patrimonio urbano. Así parece haberlo entendido el alcalde de Barcelona al movilizar a los ciudadanos con el lema "Barcelona pon- te guapa".

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