sábado, 30 de abril de 2011

CUESTIONES TIPOLÓGICAS (III)

La tipología se presenta, por consiguiente, como el estudio de los tipos no reducibles ulteriormente de los elementos urbanos, de una ciudad como le una arquitectura. La cuestión de las ciudades monocéntricas y de los edificios centrales o lo que sea, es una cuestión tipológica específica. Ningún tipo se identifica con una forma, si bien todas las formas arquitectónicas son remisibles a tipos.
Este proceso de reducción es una operación lógica necesaria, y no es posible hablar de problemas de forma ignorando estos presupuestos. En este sentido todos los tratados de arquitectura son también tratados de tipología, y en el proyectar es difícil distinguir los dos momentos.
El tipo es, pues constante y se presenta con caracteres de necesidad; pero aun siendo determinados, éstos reaccionan dialécticamente con la técnica, con las funciones, con el estilo, con el carácter colectivo y el momento individual del hecho arquitectónico.
Es sabido que la planta central es un tipo determinado y constante, por ejemplo, en la arquitectura religiosa; pero con esto cada vez que se hace la elección de una planta central se crean motivos dialécticos con la arquitectura de aquella iglesia, con sus funciones, con la técnica de la construcción y finalmente con la colectividad que participa de la vida de esta iglesia.
Tiendo a creer que los tipos del edificio de vivienda no han cambiado desde la Antigúedad a hoy, pero esto no significa sostener completamente que no haya cambiado el modo concreto de vivir desde la Antiguedad a hoy y que no siga habiendo nuevos posibles modos de vivir.
La casa con corredor interior es un esquema antiguo y presente en todas las casas urbanas que queramos analizar; un pasillo que da acceso a las habitaciones es un
esquema necesario, pero son tantas y tales las variedades entre cada casa en cada época que realizan ese tipo que presentan entre ellas enormes diferencias.
Por último, podernos decir que el tipo es la idea misma de la arquitectura; lo que está más cerca de su esencia. Y por ello, lo que, no obstante cualquier cambio, siempre se ha impuesto «al sentimiento y a la razón», como el principio de la arquitectura y de la ciudad.
El problema de la tipología nunca ha sido tratado de forma sistemática y con la amplitud que es necesaria; hoy esto está surgiendo en las escuelas de arquitectura y llevará a buenos resultados. Desde luego, estoy convencido de que los arquitectos mismos, si quieren ampliar y fundamentar su propio trabajo, tendrán que ocuparse nuevamente de asuntos de esa especie.
No me es posible aquí ocuparme más de ese problema.
Afirmemos que la tipología es la idea de un elemento que tiene un papel propio en la constitución de la forma, y que es una constante. Se tratará de ver las modalidades con las que ello acaece y subordinadamente el valor efectivo de este papel.
Ciertamente, todos los estudios que poseemos en este campo, salvo pocas excepciones en intentos actuales de superación, no se han planteado con mucha atención este problema.
Siempre lo han eludido y pospuesto buscando en seguida alguna otra cosa; esta cosa es la función. Puesto que esta cuestión de la función es absolutamente preeminente en el campo de nuestros estudios, intentaré ver cómo ha emergido en los estudios relativos a la ciudad y a os hechos urbanos en general y cómo ha evolucionado.
Podemos decir, por de pronto, que ha sido planteada, y éste es el primer paso que debe realizarse, en el momento en que se nos ha planteado el problema de la descripción y de la clasificación.
Ahora bien, las clasificaciones existentes no han ido, la mayoría, más allá del problema de la función.

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