domingo, 29 de abril de 2012

LA APUESTA AHORA ES POR LA ARQUITECTURA DESARMABLE

Una leyenda sobre la fundación de las Olimpiadas indica que el gigante Hércules, al organizar un torneo de juegos en Olimpia, alrededor del año 800 a.C., levantó un estadio en ofrenda a su padre, el dios griego Zeus. En la era moderna, este mito se volvió una especie de regla para los países que organizan los Juegos Olímpicos: el que recibe el evento se esmera en construir estadios como si fueran ofrendas.


Ese movimiento ganó fuerza a partir de la Olimpiada de Tokio, en 1964. Los juegos coincidieron con la recuperación de la economía de Japón, después de 19 años de derrota del país en la Segunda Guerra Mundial y del bombardeo nuclear en Hiroshima. Tokio reunió arquitectos del mundo entero, bajo el mando de Kenzo Tange, para proyectar la ampliación del Estadio Nacional. Hubo también esfuerzo de marketing con una comunicación visual unificada y la creación de íconos.


El evento, que antes era técnico y deportivo, se volvió un espectáculo. Una especie de competencia paralela pasó a ser disputada cada cuatro años en los monumentos construidos como sede de los juegos.



Moderno. Otro espacio del parque acuático, para pruebas de natación. La capacidad completa es de 17.500 espectadores, pero después quedará apto para 2.000 personas
















En los juegos de Pekín 2008, China contrató el renombrado estudio de los arquitectos suizos Jaques Herzog y Pierre de Meuron para proyectar el estadio olímpico Nido de pájaro, que costó $us 466 millones. Encargó al estudio australiano Peddle Thorp & Walker el proyecto del parque acuático Cubo d’Agua, que encantó al mundo. Después de los juegos, los monumentos quedaron como elefantes blancos.


Para no tener los mismos perjuicios, Londres y Río de Janeiro, escenarios de las Olimpiadas de 2012 y 2016, apuestan a la arquitectura nómada. Lo que es sólido cambia de forma o renace en otro lugar. El edificio símbolo de los juegos de Londres, el Parque Acuático, será parcialmente desarmado seis meses después de la clausura. Su capacidad pasará de 17.500 para 2.500.


“La arquitectura puede estar inspirada en el arte, pero necesita funcionar, sobre todo en una Olimpiada”, afirma Zaha Hadid, una de las estrellas del diseño contemporáneo. Su socio, Jim Heverin, declara: “Hicimos un parque acuático para el uso diario, adaptable a la Olimpiada, y no lo contrario”. Después de los juegos, el estadio olímpico de Londres estará acorde a la audiencia que asiste a los juegos de fútbol del campeonato inglés. El estadio de básquet, planea ser vendido a Río de Janerio, para la siguiente olimpiada.

OLA. El techo en forma de ola marina es un diseño de Zaha Hadid, una de las arquitectas destacadas en diseño moderno. Esta será la primera estructura visible en el parque olímpico












Brasil también pretende trabajar con edificaciones que puedan ser reaprovechadas en otros barrios o ciudades. Los juegos Olímpicos de Río pueden ser la ocasión para materializar la utopía del grupo de arquitectos ingleses Archigram. A mediados de la década de 1960 publicaron proyectos de megaestructuras móviles, edificios que parecían robots y ciudades andantes, que se desarmaban.

Río tiene una experiencia que justifica la apuesta en la arquitectura nómada. Una obra relativamente pequeña, el Parque Acuático María Lenk, hecho para los Juegos Panamericanos de Río en 2007, se quedó como un elefante blanco de $us 45 millones.

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