En la antigua
Roría
la
residencia,
subdividida
bastante
rígidamente entre el tipo le la domus
y
el
tipo
de
la
insula,
caracteriza
la
ciudad
y
las
14
regiones
de
Augusto.
La
insula casi resume la ciudad en sus mismas divisiones y en su evolución; en ella hay más
mezcolanza social de cuanto ordinariamente se cree.
Como en las casas construidas en París después de 1850, hay una diferenciación social en altura.
Las insulae, cuya construcción es extremadamente pobre y temporal, se renuevan sobre sí mismas; constituyen el substrato
urbano, la materia sobo la que se viene plasmando la
ciudad.
Ya sobre la insula,
como más tarde sobre la vivienda obrera,
se ejerce una de las fuerzas
más importantes del crecimiento de la ciudad: la especulacion. El mecanismo de la especulación, aplicado
a
los
terrenos
residenciales, es uno
de
los
momentos de crecimiento más
característicos de la ciudad imperial.
Sin conocer este hecho no podemos comprender el sistema de los edificios públicos,
su dislocación, el mecanismo
de crecimiento de la ciudad.
Una relación análoga aun cuando no caracterizada igualmente por tan alta
concentración, existió en la ciudad griega.
La forma de Viena nace de un problema residencial; la aplicación de la Hofquartirspflicht aumenta extraordinariamente la densidad en el centro, determina la tipología edificatoria de las casas de varias plantas y estimula de modo determinante el desarrollo de los
suburbios.
La
tentativa
de
continuar
la
residencia
como factor determinante, como hecho urbano típico en la forma de la ciudad, viene continuado
en la construcción de las
Siedlungen
obreras
en
los
años
siguientes a la primera
guerra
mundial.
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