El programa del Municipio de Viena se preocupaba
sobretodo de la realización de los
complejos típicos cuya forma estuviese estrechamente vinculada a la de la ciudad.
En este sentido, ¡Behrens
escribía: « [...] Criticar su construcción sobre la base principios de gabinete significa,
en
general,
meterse
en
un
camino equivocado porque nada
aparece como tan variable y heterogéneo como las necesidades, las costumbres y todas las múltiples situaciones
de una población residente en determinada región».
La relación entre la residencia y
la localización se convierte, pues,
en preeminente.
Los ejemplos de la
enorme superficie de
las
ciudades norteamericanas no
son explicables sin la tendencia hacia un tipo residencia esparcida, de carácter unifamiliar.
El estudio de Gastman sobre
la megalópoli es, en este sentido, muy preciso.
La localización de las residencias
depende, por consiguiente, de muchos factores geográficos, morfológicos, históricos, económicos.
Antes aun que los factores
geográficos, parecen ser determinantes
los económicos.
La alternancia de las zonas residenciales, su constitución de modo especializado desde el punto de vista tipológico parece influida ampliamente por motivos económicos; esta
alternancia está movida por el mecanismo de la especulación del que me ocuparé
más adelante. Esto es válido también en los ejemplos más recientes. La ciudad socialista, por
ahora, no parece ofrecer alternativas de fondo en el proces9 de crecimiento urbano; por
otra parte, sus dificultades objetivas no son fácilmente individualizables.
Evidentemente, aun donde no existe el mecanismo
de
la
especulación habrá siempre cuestiones preferenciales, en la elección de las localizaciones, difícilmente resolubles. Estos problemas han de ser puestos en relación con el cuadro
más
general
de
las
elecciones de la dinámica urbana.
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