jueves, 26 de julio de 2012

PROCESOS DE TRNSFORMACIÓN. - I

La relación área-residencia y elementos primarios configura de modo concreto la ciudad: si esto lo podemos hallar en las ciudades en que las vicisitudes históricas siempre han actuado en el sentido de la unificación de los diversos elementos, también es aún más evidente en el caso de las ciudades que nunca han reunido o han intentado reunir en una sola forma los hechos urbanos que los constituyen; así Londres, Berlín, Viena, Bari, Roma y muchas otras ciudades. 
 En Bari la ciudad antigua y la ciudad muratiana constituyen dos hechos completamente diferentes, sin casi relación; la ciudad antigua no se ha dilatado, su núcleo estaba absolutamente definido como forma. Sólo su calle principal, que la unía al territorio, ha emergido intacta y permanente en el tejido muratiano. 
 En todos estos casos siempre hay una estrecha unión entre los elementos primarios y el área; frecuentemente esta unión llega a ser sin más un hecho urbano tan preeminente hasta constituir una característica de la ciudad. ¿Y no es siempre la ciudad la suma de estos hechos? 
 El análisis morfológico, que constituye uno de los instrumentos más importantes en cl estudio de la ciudad, ilumina claramente estos aspectos. En la ciudad no existen zonas amorfas, o allá donde existen, son momentos de un proceso de transformación, representan por así decirlo los tiempos muertos de la dinámica urbana. 
Aun allí donde fenómenos de este tipo se reproducen con mayor importancia, como los suburbios de las ciudades norteamericanas, los procesos de transformación tienen también tiempos más veloces en cuanto que, como se ha demostrado, la alta densidad de los asentamientos produce mayor presión en el uso del suelo. Estas transformaciones se realizan por medio de la definición de un área precisa; sobre ella acontece el proceso de redevelopment. Este proceso caracteriza hoy una gran ciudad como Londres. «El concepto de una división de las ciudades entre sectores [precints] —escribe Peter Hall— ha sido adoptada instintivamente desde siglos por los constructores y arquitectos, en los Colleges de Oxford y Cambridge, en las Inns of Court de Londres, en los proyectos originarios de Bloomsbury, en los que todo el tráfico directo era detenido por barreras.» Una política de este tipo llega a ser la base de los famosos precints de Abercrombie para Westminster y Bloomsbury.

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