miércoles, 6 de marzo de 2013

La creación de una autoridad específica para la gestión pública en los centros históricos - II

Las figuras institucionales dependen de las estructuras político administrativas de cada país y/o de cada ciudad: la Dirección de Centro Histórico en Cuenca o Tlacotalpan, la Oficina del Conservador de Trinidad, la Administración Zonal Centro en Quito. Otras ciudades, como la de México, se encuentran en el proceso de diseñar la coordinación entre las distintas entidades que tienen atribuciones en relación con el centro histórico. Los debates en torno a la autonomización relativa de la gestión del cen- tro histórico remiten a la cuestión más amplia de las reformas político adminis trativas que muchas ciudades han emprendido. En este sentido, nos parece que el diseño de órganos de gobierno y de gestión, propios de los centros históricos, que sean capaces de asegurar la coordinación, eficiencia y durabilidad de los programas y proyectos, constituye un desafío todavía no resuelto, con notables excepciones como la de La Habana Vieja. Pero si la unificación de la acción pública en los centros históricos, bajo la conducción de un liderazgo político fuerte (el alcalde) parece haber producido varias experiencias exitosas de regeneración urbana, no deja de ser bastante vulnerable a los recambios políticos locales6. Algunas ciudades piensan encontrar en el autofinanciamiento del organismo responsable, así como en los compromisos financieros internacionales adquiridos, formas de asegurar la permanencia y continuidad de la gestión pública. En el caso de México, algunas ciudades utilizan para ello la figura del 'fidei comiso', o bien la de un 'órgano desconcentrado'. En la ciudad de Campeche, por ejemplo, el órgano desconcentrado encargado del centro histórico puede tener un patrimonio propio, captar recursos presupuéstales, a la vez que gestionar recursos de fuentes no gubernamentales.

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