jueves, 28 de marzo de 2013

La diversidad de la urbanización latinoamericana - VIII

Junto al nivel actual de urbanización de los países de la región, en el cuadro 6 se puede observar la tasa de crecimiento de la población total y sus componen- tes vegetativo y migratorio para el quinquenio 1995-2000. Todos los países, ex- cepto Argentina y Costa Rica, presentan saldos migratorios internacionales ne- gativos. América Latina pasa de ser una región con importante saldo migrato- rio internacional positivo, a ser una región de saldo negativo (Lattes y Recchi- ni de Lattes 1994). Si la emigración resultante afecta diferencialmente a las po- blaciones urbanas y rurales, de hecho estará afectando a la dinámica de la urba- nización. Por otro lado, se espera una correlación negativa entre la disminución de la tasa de crecimiento vegetativo y el proceso de urbanización. Esto, porque la urbanización se considera como uno de los procesos de cambio social que contribuye a la disminución del nivel de la fecundidad y, consecuentemente, del crecimiento demográfico. El diagrama (Gráfico 5) presenta la regresión sim- ple entre los niveles de urbanización y las tasas de crecimiento vegetativo de la población total de los 22 países seleccionados que, como se ve, arroja una apre- ciable relación lineal negativa (coeficiente de correlación lineal r = -0,64). El diagrama muestra un par de países alejados de la recta (sin ellos el coeficiente ascendería a -0,74) y es de interés comentarlos. Uno es Venezuela, uno de los países más urbanizados de la región, que estaría mostrando una tasa de creci- miento vegetativo muy elevada en relación con su nivel de urbanización. El otro caso es Haití que, contrariamente a Venezuela, estaría mostrando una tasa de crecimiento vegetativo más baja que la que se podría esperar dado su nivel de urbanización (el más bajo de la región). (Ver gráfico 5).
Como se trata de la observación de 22 países a lo largo de medio siglo, con estadios de urbanización y de transición demográfica8 muy diferentes en el mo- mento inicial de la observación (1950) y que experimentaron procesos de urba- nización y transiciones demográficas (entre 1950 y 2000) de muy distinta se- cuencia e intensidad, la variedad de combinaciones de niveles y procesos resul- tante es muy amplia y su análisis excede en mucho el espacio de este trabajo.

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