miércoles, 24 de junio de 2015

Torre de Shanghái


La Torre de Shanghái, elegante espiral que se eleva hacia las nubes, se inaugurará próximamente en la capital financiera de China, convirtiéndose con sus 632 metros en el segundo rascacielos más alto del mundo.

Financiada por el grupo paraestatal Shanghái Tower Construction and Development Co., esta torre será la más alta de China y la segunda del mundo después de la Burj Khalifa de Dubai. Ambas fueron diseñadas por el arquitecto estadounidense Marshall Srabala.

El edificio se eleva en el distrito de Pudong, en el corazón financiero de Shanghái, que fue creado hace 25 años al borde del río Huangpu, frente al "Bund", el barrio histórico del período de entre-guerras.

Esta torre es el tercera de un proyecto lanzado en 1993, tras la torre Jinmao (420 m), terminada en 1998, y el Shanghái World Financial Center (492 m), finalizado en 2008. La inauguración de la Torre de Shanghái está prevista este verano boreal.

"Esta espiral es un ícono, el símbolo de la mirada hacia el futuro del pueblo chino", declaró Grant Uhlir, director de Gensler, el gabinete de arquitectos elegido para el proyecto.

Aunque se vea claramente superada por la campeona de todas las categorías en gigantismo -la Burj Khalifa de Dubai, con sus 828 metros-, la Torre de Shanghái, que costó 2.400 millones de dólares, colecciona ya no pocos superlativos.

Tendrá ascensores que subirán a más de 60 km/hora hacia el segundo hotel más alto del mundo, situado en los pisos 84 y 110 del edificio.

Entre 16.000 y 18.000 personas trabajarán en sus oficinas o permanecerán en la torre cada día. Y cuando haya fuertes vientos, la Torre se balanceará hasta un metro, pese a estar coronada por una capa de hormigón de 1.000 toneladas.

Algo único

"Cuando se hacen estos emblemáticos rascacielos, superelevados, no pueden ser la copia de otra cosa. Deben ser algo único" declaró el arquitecto-jefe Marshall Strabala, que tras pasar 30 años en varios proyectos de vertiginosos rascacielos, dirige ahora su propio gabinete.

A pesar de ser futurista, esta obra arquitectónica es sin embargo sensible a la cultura china. Prueba de ellos es la ausencia de la cifra cuatro en los pisos, ya que es homónima en chino de la palabra "muerte".

El rascacielos estará dividido en una parte oeste, dedicado al ocio y los restaurantes, y una parte este, a las oficinas.

Gensler indicó que el edificio tendría 121 pisos "ocupados", sobre un total que oscila de 127 a 128 pisos, según la forma de contarlos.

El edificio tendrá 573.000 m2 de oficinas, pero el espacio reservado a las tiendas solamente ocupará cuatro pisos.

UN PAPIRO

Su complicado y hermoso diseño sugiere un papiro enrollado formado por nueve cilindros dispuestos uno encima del otro. El edificio contará con oficinas, hoteles o tiendas, ademas de un mirador.

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