martes, 29 de septiembre de 2015

Las dos iglesias de Patacamaya

Visto de afuera, es una iglesia de hace pocos siglos, adecuada a su entorno, ubicado al frente de la plaza central de Patacamaya, no pretende ser exótica a la hora de calificar su construcción, pues es simple y con un campanario visible que llama la atención de los viajeros que se dirigen al sur del país. Mientras que la segunda es la más antigua y decorada con cuadros en un salón y bancas.

Ocupando un buen espacio la casa parroquial, la iglesia nueva está conectada a la vivienda de los padres encargados de los servicios religiosos. Efectivamente no se visualiza como una gran edificación, porque es muy humilde, sin embargo uno cambia de parecer cuando ingresa, ya que da la impresión que está en otro mundo, con impresionantes murales tamaño natural y algo más en las paredes y el mismo techo, rematando con dos ángeles en los muros, pero en el altar se puede observar la impresionante la imagen del de Dios Padre que da lugar a la Crucifixión y María.

Contra luz, impresiona todos los vitrales pintados, evitando el vacío en la construcción de la misma iglesia, que es un tanto curioso en ese espacio.

El interior dividido en medianas cúpulas, de manera fantástica es aprovechada para dar paso a los murales que con pasajes bíblicos y con mucha fuerza en el cuerpo y rostro impactan cuando se aprecia muy de cerca las obras del gran artista sacro Walter Barrón, nacido en Sucre y que hace pocas semanas falleció, pero deja sus obras en la inmortalidad y la huella en su familia Barrón Lanza.

Debo admitir que ahora caí en esa frase que dice “porque esperar la muerte para valorizar las obras de los artistas”, además un cuestionamiento también de la esposa Elisa Lanza y con mucha razón.

Lanza también una artista maravillosa que tiene Bolivia, pues su plástica es una expresión de la sutileza, profundidad, delicadeza que refleja en colores, posturas, rostros y diferentes expresiones de manifestaciones sociales, desde religiosas hasta folklóricas.

IGLESIA DE PATACAMAYA

Toribio Porko Ticona, Obispo emérito, director de la Unidad Educativa Santa María, informa que cuando era Obispo y Prelado de Coro Coro con residencia en Patacamaya, recuerda que fueron los Padres Pasionistas, misioneros de España que trabajaron en esta prelatura, quienes tomaron la iniciativa para contratar a uno de los grandes artistas de Bolivia, Walter Barrón Achá que “Hasta hace poco nos acompañó y partió con el Señor”.

Esto comenzó hace cinco años atrás, la iglesia de Patacamaya que tiene más o menos 30 años de construcción, no tenía lienzos e idearon que tanto las paredes como los vitrales sean adornados con arte sacro.

“Ahora, en los murales se plasmó la cara de los padres que sirvieron en esta iglesia, por ejemplo en el dibujo de San Pablo, se utiliza el rostro del padre José, luego de Valentín y también el mío”, cuenta el ex-obispo.

Agrega que el pintado de los murales, tomó su tiempo, en un trabajo constante. “Walter era un experto y no solamente pintó para esta iglesia sino también para la iglesia de Ayo Ayo”.

Entonces con la iniciativa de los padres pasionistas, se pintó muchos pasajes de la Biblia, Dios creador, San Pablo, Heraldo del Evangelio y otros que hoy pertenecen a los Diocesanos, que son padres bolivianos encargados.

Porko, reconoce que es una de las grandes obras artísticas que fue en memoria de los padres que pasaron por esta iglesia y de quienes su rostro está plasmado en las obras. “Lo bueno es que las pinturas se mantienen y se conserva muy bien, aunque no data de mucho tiempo, ya que el Sr. Barrón era un amigo y cuando pintó los murales vivió en Patacamaya”.

La prelatura es la iglesia de Patacamaya y dentro de ella muchas provincias como Santiago de Macha, Pacajes, Coro Coro, Gualberto Villarroel, Aroma, Inquisive y Loayza.




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