domingo, 17 de abril de 2011

INTRODUCCIÓN. HECHOS URBANOS Y TEORÍA DE LA CIUDAD (III)

Principios y modificaciones de lo real, constituyen la estructura de la creación humana.
Este estudio intenta, por lo tanto, ordenar y disponer los principales problemas de la ciencia urbana.
El nexo de estos problemas y sus implicaciones ponen a la ciencia urbana en relación con el complejo de las ciencias humanas; pero en este cuadro creo que esa ciencia tiene autonomía propia, aunque en el transcurso de este estudio me pregunto muchas veces cuáles son las características de autonomía y los límites de la ciencia urbana. Podernos estudiar la ciudad desde muchos puntos de vista: pero ésta emerge de manera autónoma cuando la consideramos como dato último, como construcción, como arquitectura.
En otras palabras, cuando se analizan los hechos urbanos por lo que son, como construcción última de una elaboración compleja; teniendo en cuenta todos los datos de esta elaboración que no pueden ser comprendidos por la historia de la arquitectura, ni de la sociología, ni de otras ciencias.
Me siento inclinado a creer que la ciencia urbana, entendida de esta manera, puede constituir un capítulo de la historia de la cultura, y por su carácter total, sin duda, uno de los capítulos principales.
En el curso de este estudio me ocupo de diversos métodos para afrontar el problema del estudio de la ciudad; entre ellos surge el método comparativo. También ahí la comparación metódica de la sucesión regular de las diferencias crecientes será siempre para nosotros la guía más segura para aclarar las cuestiones hasta en sus elementos últimos. Por ello hablo con particular convencimiento de la importancia del método histórico; pero insisto además en el hecho de que no podemos considerar la historia de una ciudad simplemente como un estudio histórico. Debemos también poner particular atención en el estudio de las permanencias a fin de evitar que la historia de la ciudad se resuelva únicamente en las permanencias. Creo, desde luego, que los elementos permanentes pueden ser considerados también en la proporción de elementos patológicos.
El significado de los elementos permanentes en el estudio de la ciudad puede ser comparado con el que tienen en la lengua; es muy evidente que el estudio de la ciudad presenta analogías con el de la lingüistica, sobre todo por la complejidad de los procesos de modificación y por las permanencias.
Los puntos fijados por De Saussure para el desarrollo de la lingüística podrían ser traspuestos como programa para el desarrollo de la ciencia urbana: descripción e historia de las ciudades existentes, investigación de las fuerzas que están en juego de modo permanente y universal en todos los hechos urbanos. Y, naturalmente, su necesidad de limitarse y definirse.
Aplazando un desarrollo sistemático de un programa de este tipo, he intentado detenerme particularmente en los problemas históricos y en los métodos de descripción de los hechos urbanos, en las relaciones entre los factores locales y la construcción de los hechos urbanos, en la identificación de las fuerzas principales que actúan en la ciudad entendidas como fuerzas que están en juego de manera permanente y universal.
La última parte de este libro intenta plantear el problema político de la ciudad; aquí el problema político es entendido como un problema de elección por la cual la ciudad se realiza a sí misma a través de una idea propia de ciudad.

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