lunes, 30 de enero de 2012

La arquitectura de las ciudades es una mezcla de todo

La heterogeneidad de estilos y formas distingue a la arquitectura caribeña, así como diversos son los orígenes de los pobladores de esos territorios bañados por un mar común.

El colorido, la combinación y variedad de elementos, así como la disparidad de altitudes, revelan en sus construcciones algunos misterios de naciones marcadas por la confluencia de múltiples herencias.

El Caribe es uno y es muchos. Su riqueza reside en la unidad dentro de la diversidad que puebla los territorios esparcidos por este espacio geográfico. Las ciudades caribeñas reflejan de manera creativa la mezcla de patrones arquitectónicos de origen español, británico, holandés, francés y portugués, con poco o nada de los legados aborígenes, africanos y asiáticos de sus pueblos.

La casa de madera de puntal alto, techos de tejas de barro cocido y espacios considerables, representativa de la construcción del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo XX, reina en otras partes del Caribe. Esas añejas edificaciones pueden hablar de las luchas libradas en sus contornos, en medio de las cuales cuajó la identidad caribeña, con su alegría contagiosa, su apego a la familia, generosidad y otros innumerables atributos.

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