Débese poner gran cuidado en la construcción de las escaleras; pues no es poca la
dificultad de hallar sitio á propósito para ellas, tal que no causen embarazo al resto
del edificio. Se las buscará pues el lugar mas acomodado, cuidando de que no se
hagan estorbo mutuamente las escaleras y las piezas.
En toda escalera se necesitan
tres aberturas: la primera es la puerta para comenzar á subir, la qual debe ser tan-
to mas alabada, quanto esté mas á la vista de los que entran en la casa. Será muy de
mi gusto si se coloca en prage á donde antes que se llegue se descubra la mas hermosa porcion de la casa; pues aunque esta sea chica nos parecerá grande. Y en suma,
la escalera debe estar manifiesta, ó muy fácil de ser hallada. La otra abertura de las escale-
ras son las ventanas que deben alumbrarla; y estas estarán en su medio, y altas, á fin de
que la luz se derrame igual por todo. La tercera abertura es la que da entrada al quarto de arriba. Esta debe conducirnos á recibimientos espaciosos y bien adornados.
En general, las escaleras serán loables si son anchas, claras y cómodas en la subida, de modo que conviden á ella. Serán claras si gozan de luz viva que se derrame
igualmente por todo como llevo dicho.
Serán bastante anchas quando no nos parecerán angostas y sofocadas, atendidas Lis calidades del edificio: pero nunca serán mas
estrechas de quatro pies, á fin de que si dos personas se encuentran en ellas puedan
darse paso libre. Serán cómodas á toda la fábrica quando baxo de sus tramos queda
sitio para guardar algunas cosas necesarias: y á las personas lo serán si la subida no es
agria ni dificil. Por lo qual su longitud será el doble de su altura.
Los escalones ó peldaños no se deben hacer mas altos de seis pulgadas; y aun si
fueren algo mas baxos, en especial en las escaleras largas y continuadas, las harán
mas suaves, por lo menos que se fatigarán los muslos al doblarse subiendo: pero
nunca se harán mas baxos de quatro pulgadas. Su anchura no debe ser menos de
un pie, ni mas de uno y medio.
Los antiguos acostumbraron hacer impar el numero
de los peldaños, á fin de que comenzando á subir un tramo con el pie derecho, se
terminase con el mismo. Esto se tenía por augurio feliz singularmente quando subian
al templo. Asi, el numero de peldaños ó gradas no pasará de once, ó á lo mas trece. Si llegando á esta altura se hubiese de subir mas, se hará un llano que se llama
descanso, para que en él reposen los débiles y fatigados con la subida. También aprovechan los descansos para que se detengan en ellos algunas cosas que pueden caer de
arriba rodando por los escalones.
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