viernes, 23 de noviembre de 2012

De la distribución de las casas de campo.

Escogido lugar alegre, ameno, cómodo y saludable, debemos atender á su elegante y útil repartimiento. Dos especies de fábrica se requieren en el campo, una para vivir el dueño con su familia, otra para guardar los frutos y estar los animales del campo. Por esta razón se debe distribuir el sitio de modo que no se estorben mutuamente. El quarto para el dueño debe construirse con respecto á la familia que necesita y á su estado, y toda la obra será por el estilo de las casas urbanas, según las describimos arriba. La demás fábrica para las labores campestres serán según fueren las po- sesiones y animales: pero todo contiguo al quarto del amo, para que este lo pueda andar sin salir al descubierto en tiempos lluviosos, frios y destemplados. Los cubier- tos serán también útiles para guardar madera, leña y otras mil cosas precisas al cam- po , las quales se corromperían expuestas á soles y lluvias. Ademas, que serán de mucho adorno para lo demás del edificio. En su distribución se tendrá cuenta en que se puedan acomodar sin estrechez los colonos, los animales, las cosechas y los instrumentos rústicos. 
Los quartos del Administrador, del mayoral y de los trabajadores deben estar en parage acomodado, y prontos á la puerta y custodia de la casa. Los establos de las bestias de labor, como bueyes ó caballos, deben estar apartados del quarto del dueño, para evitar los hedo- res del estiercol y demás inmundicias; y se colocarán á la parte mas calorosa y cla- ra. Los corrales para los animales fructíferos, como cerdos, ovejas, palomas, gallinas y semejantes se situarán al tenor de sus respectivas calidades y naturalezas, procu- rando observar la costumbre de otros países. 
Las bodegas deben ser subterráneas, cer- radas, lejos de todo estrépito y malos olores, con luz de oriente ó norte; pues to- mándola de región cálida, el mismo calor del sol debilitará los vinos. Su suelo se pa- vimentará con declive hácia el medio, sea de hormigón, sea embaldosado, porque si se derramase el vino, podrá todavia recogerse. Los vasos en que hierve el mosto esta- rán en cobertizos que habrá junto á la bodega, y tan elevados que sus espitas esten algo mas altas que el agujero superior de las botas ó pipas, para que se pueda trasegar el vino á ellas por cerbatanas de cuero ó por canales de madera. Los graneros deben tomar luz de norte para que no se recalienten los granos, sino que refrescados con el ayre septentrional se conserven largo tiempo, y no crien »« gorgojo. Su pavimento debe ser de terrado " si se puede, y si nó, de tablage; pues la obra de cal corrompe el trigo. Las demás cosas también se deben guardar á la parte del norte por la misma causa. 
Los heniles mirarán al mediodía ó poniente; pues asi resecados del calor, no habrá peligro de que se cuezan y enciendan por sí mismos. Las herramientas y demás instrumentos del campo estarán á la mano y á cubierto á la parte de mediodía. La era de trillar las mieses debe estar bien expuesta al sol, ser espaciosa, estar bien apisonada y algo elevada en su medio. Todo al rededor, ó por lo menos á un lado debe tener cobertizo, para que si lloviese repentinamente pue- dan los granos librarse del agua. No debe estar muy cercana al quarto del dueño por causa del polvo; pero ni tan apartada que no la divise. Esto baste en general acerca de la elección del sitio y su repartimiento. Re'stame ahora dar los dibuxos de algunas fábricas como prometí arriba, executadas por mí en el campo, por varias invenciones y en diversos tiempos.

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