3. La reflexión sobre este modo de intervenir en la ciudad histórica, a través
del análisis sobre las consecuencias no deseadas, ha conducido a la con-
ciencia de la necesidad de un cambio en esta concepción y, por consi-
guiente, en las formas de actuar. Hoy existe una corriente de pensamien-
to, que se está traduciendo en la práctica en ejemplos concretos, que pro-
pugna la necesidad de construir estrategias amplias que permitan abordar
la intervención con una perspectiva de integración de las acciones, es de-
cir, mediante la definición de acciones diversas dirigidas a aspectos o ele-
mentos distintos, no ya sólo coordinadas entre sí, sino pensadas y ejecu-
tadas con un carácter de complementariedad. Esta perspectiva trata de re-
cuperar la visión de la ciudad histórica como realidad heterogénea, de
múltiples elementos y, en consecuencia, afectada por la complejidad de
los procesos. Esta nueva visión constituye, sin duda, un reto, por cuanto
obliga a replanteamientos profundos, más allá del objetivo de una mejor
coordinación de las acciones', afectando a la selección de objetivos, a las
formas de gestionar, a las implicaciones económicas y sociales, etc. Por
otra parte, esta forma de ver la intervención en la ciudad no es de exclu-
siva aplicación a los sectores o barrios más históricos de la misma, sino que
puede ser de utilidad también para otros sectores de la ciudad, de ensan-
che o periféricos. Responde, en suma, a una visión integradora, de recom-
posición de la ciudad global, a partir del concepto de sostenibilidad, en-
tendido como proceso creativo local en pos del equilibrio.
4. De las experiencias que se están desarrollando se pueden ir extrayendo al-
gunas consecuencias, que aún cuando estén afectadas de cierta provisio-
nalidad, pueden resultar de interés como orientaciones en las fases inicia-
les de reflexión sobre la forma de intervenir.
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