lunes, 17 de junio de 2013

Las ciudades ante el programa de flexibilización laboral - V

En un mercado libre, algunas categorías de trabajadores a los que favorece la relación de oferta y demanda, obtendrán altos salarios y beneficios especia- les brindados por las empresas; otros perderán ingresos e, incluso, la posibilidad de todo trabajo. Habrán entrado en la categoría de no empleables', al punto que sólo quede la posibilidad de asistirlos para que sobrevivan hasta el fin de sus días. Por otro lado, como las decisiones de localizar las inversiones están orientadas no por la necesidad de puestos de trabajo sino por la rentabilidad que, a su vez, depende de un complejo de factores de localización, en algunos lugares y países esas construcciones imaginarias, llamadas curva de oferta y curva de demanda, no se cruzarán a ningún precio de trabajo, por bajo que éste pueda llegar a ser. Todo esto genera segregación socioespacial, degradación y violencia so- cial a la que los gobiernos locales se supone que deben dar respuesta. A pesar de la globalización de los mercados, estos procesos pueden dar lugar a muchas variantes microeconómicas, que incluso varían con los lugares. El empresario puede reorganizar la empresa con la colaboración de los trabajadores o contra la voluntad de los mismos. Si los trabajadores no admiten el cambio, esto supone una rigidez que puede acabar con la empresa misma y por tan- to los empleos por los que se luchaba. En el caso de las empresas estatales, estos conflictos devienen conflictos políticos al ser el estado mismo el empleador, que se manifiestan, de manera concentrada, en los lugares donde residen los afectados.
Una empresa puede despedir personal que no necesita, pero este personal no puede perder sus derechos sociales (interrupción de su acumulación de antigüedad para la jubilación, acceso a servicios de salud, etc.) si existe un sistema de seguridad local no vinculado a la condición de trabajador activo (empleado o buscando empleo). Una empresa puede poner en marcha -incluso en asociación con el sistema público de formación- un programa para recapacitar a parte de su personal para las nuevas funciones o bien preferir desprenderse del personal que, aunque 'recuperable', es considerado 'viejo' y con derechos adquiridos, con el fin de ganar en flexibilidad futura. En esto hay márgenes, modos y formas que no pueden atribuirse totalmente al juego de las fuerzas del mercado: cómo los gerentes, asambleas de accionistas, patrones, dirigentes sindica les, trabajadores, agencias de gobierno y hasta consumidores participan en la re- solución de estos conflictos, en cada lugar, puede generar a variantes que no son menores en cuanto a las condiciones de vida que resultan para los involucrados.

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