El sistema financiero global ha alcanzado niveles de complejidad que requieren
la existencia de una red internacional de centros financieros para servir a las
operaciones del capital global. Esta red de centros financieros será cada vez más
diferente de las versiones anteriores del 'sistema financiero internacional'. En
un mundo de sistemas financieros nacionales en su mayor parte cerrados, to-
dos los países duplicaban la mayoría de las funciones necesarias para sus econo-
mías.
La colaboración entre los diferentes mercados financieros nacionales con-
sistía usualmente solo en la ejecución de una serie de operaciones ya dadas en
cada uno de los países involucrados, tanto en cámara de compensación como
en pagos. Con pocas excepciones, tales como los mercados off shore y algunos
de los grandes bancos, el sistema internacional consistía de una cadena de sis-
temas domésticos cerrados. La integración global de los mercados lleva a la eli-
minación de varios sistemas redundantes y hace que la colaboración sea un
asunto mucho más complejo, un asunto que tal vez tenga el efecto irónico de
aumentar la importancia de los principales centros financieros.
Este hecho ha traído consigo una nueva clase de 'fusión' -aquellos mer-
cados financieros conectados internacionalmente. Las dos formas más impor-
tantes son la consolidación de redes electrónicas que conectan un número muy
selecto de mercados y la formación de alianzas estratégicas entre los mercados
financieros. La Bolsa de Opciones de Chicago estaba conectada con la Bolsa de
Futuros de Frankfurt y la Bolsa Mercantil de Chicago estaba conectada al Mer-
cado Internacional de Futuros de Francia en París. La Bolsa de Valores de Nue-
va York está considerando conectarse con bolsas en Canadá y América Latina y
ha entrado en negociaciones con la Bolsa de París. La Asociación Nacional de
Corredores de Valores adquirió la Bolsa de Valores de los Estados Unidos en ju-
nio de 1998. Esto ha producido otras combinaciones, como la posible fusión
de la Bolsa de Opciones de Chicago y la Bolsa del Pacífico. NASDAQestá man-
teniendo similares conversaciones con Frankfurt y Londres. Tal vez la iniciati-
va más espectacular fue la ahora fallida conexión entre la Bolsa de Valores de
Londres y la Bolsa Alemana de Frankfurt en el verano de 1998, realizada con
el fin de atraer a las 300 principales empresas de toda Europa. París reaccionó
proponiendo que algunas de las otras importantes bolsas en Europa deberían
crear una alianza alterna, que ahora se ha formado.
Estos hechos evidencian una importante segunda tendencia que determi-
na, de muchas maneras, la era global actual. Estos centros no sólo compiten en-
tre ellos, sino que existe una colaboración y división del trabajo. En el sistema
internacional de las décadas de la post-guerra, el centro financiero de cada país
cubría, en principio, el universo de las funciones necesarias para dar servicio a
sus compañías y mercados nacionales.
Por supuesto que el mundo de las finan-
zas era mucho más simple entonces de lo que es en la actualidad. En las fases
iniciales de la desregulación de los años 80, existió una fuerte tendencia a con-
siderar la relación entre los principales centros como de competencia directa
(por ejemplo, entre Nueva York, Londres y Tokio). Sin embargo, en mi inves-
tigación de estos tres centros, encontré clara evidencia de una división del tra-
bajo. Lo que estamos presenciando en la actualidad es inclusive un tercer pa-
trón en el cual esta cooperación o división de funciones está institucionalizada
de alguna manera: alianzas estratégicas no solo entre empresas internacionales
sino también entre mercados. En suma, existe competencia, colaboración estra-
tégica y jerarquía.
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