domingo, 15 de febrero de 2015

Alejandra Iriarte Una apasionada por la arquitectura

Alejandra Iriarte Ibáñez concluyó su formación académica en medio de grandes responsabilidades;

con trabajo y esfuerzo supo encaminar su futuro hasta llegar a convertirse en una de las arquitectas más destacadas en Santa Cruz y Cochabamba.

UNA CARRERA EXITOSA

Estudió en la Universidad Privada Boliviana (UPB); realizó la maestría “Enseñanza de la arquitectura” y está a punto de culminar otra, “El urbanismo y la arquitectura”.

Alejandra Iriarte tomó impulso y relevancia desde el primer momento en que salió al mercado profesional, cuando aún estaba viviendo en Cochabamba.

Uno de sus primeros proyectos en esta ciudad lo realizó en el Palacio Prefectural de esta ciudad, luego trabajó en la Universidad Agrónoma Tropical en el Chapare.

Es en este punto que la suerte comenzó a sonreírle y la llevó por las tierras orientales a forjar su futuro. Allí trabajó en el Pabellón para la Gobernación en Santa Cruz; en el Pabellón para el BancoSol, la Torre Empresarial para la Cooperativa de Ahorro y Crédito el Buen Samaritano, el URUBO Business Center y el Hotel Radisson en Santa Cruz; además de otros proyectos comerciales y residenciales.

También la invitaron a formar parte del plantel de docentes en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), docencia que mantiene desde hace ocho años.

“La docencia es mi pasión y la adoro”, afirma. Como toda maestra ella sabe que ese trabajo requiere de mucho tiempo, energía y entrega; pero también siente que todo su esfuerzo vale la pena, puesto que su trabajo la mantiene vigente, gracias a los cursos de capacitación, congresos y talleres.

Una formación académica que día con día va nutriendo y cuantificando, su formación y que la ayudan a concretar sus proyectos. Entre sus logros académicos figura el premio a la mejor ponencia de “enseñanza y arquitectura”, de eso hace ya ocho años.

CONCEPTUALIZACIÓN Y DISEÑO

La vida profesional de Alejandra Iriarte no se resume simplemente

a la docencia, puesto que también forma parte de un equipo de profesionales de la constructora “AI Mondrian, arquitectura e interiorismo”.

“Es importante contar con un equipo de trabajo responsable, emprendedor. Creo que ese es el secreto del éxito”, asegura Iriarte.

De acuerdo a Alejandra, ella proyecta sus diseños en base a las características del terreno y su ubicación. Es decir que observa los requerimientos del sitio, el contexto, la orientación del mismo y visualiza el tipo de materiales que utilizará.

“Amo crear ambientes con mucha iluminación, también me gusta la naturaleza y jugar con diferentes elementos como: la piedra, madera, el ladrillo; prefiero exponerlo y no cubrirlo”, señala la arquitecta.

Actualmente está trabajando con la implementación de la domótica, que es el proceso de automatización del sistema eléctrico en el hogar, tanto en iluminación, aires acondicionados, sonido, cortinas; en fin todo lo que se pueda automatizar.

Y que todo ello pueda ser manejado desde un iPad, celular, tablet u otro medio de las TIC (tecnología de información y comunicación); así se puede controlar dichos sistemas y que entren en funcionamiento solo cuando sea necesario, de esta manera se usa adecuadamente.

“Es una moda que ayuda a optimizar el tema energético, porque los sensores y sistemas se activan solo cuando son requeridos y no quedan encendidos toda la noche”, aclara la profesional.

La domótica es la nueva tendencia en arquitectura, se trata de los edificios ecológicos “green buildings”, los que tratan de optimizar la energía y así convertir el edificio en inteligente.

Una de las grandes ventajas que tiene Iriarte es que ella es la creadora y artífice de sus proyectos.

“Me gusta diseñar, construir y además comercializar mis proyectos. Esta es una manera de seguir haciendo conocer mi trabajo”, añade.

Su amplia trayectoria la llevó a Casa Cor, la cual es la segunda muestra de arquitectura, interiorismo y paisajismo más grande e importante del mundo. Uno de sus ambientes logró impactar y ocupó la portada de su revista.

EL AMOR DE MADRE

Esta joven arquitecta está muy orgullosa de sus logros, los cuales, según menciona, no podrían haber sido una realidad sin la ayuda y el apoyo incondicional de su hijo, Alejandro Diez de Medina, quien sin aún saberlo se convirtió en el motor de crecimiento y superación en su vida.

Aunque él no estudiará arquitectura, ella lo apoya en su decisión asumida y le desea mucho éxito en su próximo paso, rogando al Señor que sea tan o más reconocido que ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario