jueves, 1 de noviembre de 2012

Del orden ó conveniencia que debemos observar en los edificios privados.

Expusimos en el Libro pasado las cosas que nos han parecido mas de considera- ción en la construcción de los edificios públicos y casas particulares, para que sean hermosos, agradables y duraderos: ademas, hemos dicho algo sobre la comodidad de las casas privadas, de la qual ha de tratar principalmente este Libro segundo. Y porque cómoda se deberá llamar aquella casa que será conveniente y acomodada á las circunstancias de quien haya de vivir en ella, y cuyas partes corresponderán al to- do y entre sí mismas, por tanto deberá el Arquitecto advertir en ellas lo que Vitru- vio dice en sus Libros primero y sexto, á saber, que para grandes Señores, especial- mente los de la República, corresponden casas con galerías, y salas espaciosas con buenos ornatos, á fin de que puedan estar con placer en ellas las personas que espe- ran al dueño para saludarle ó pedirle algún favor ó gracia. A las personas de menor grado también convienen casas menores, menos suntuosas y no tan adornadas. 
A los Juristas y Abogados se les harán las casas de forma que haya piezas para pasear y bien adornadas, á fin de que los litigantes aguarden alli sin molestia. Las casas pa- ra Mercaderes tendrán almacenes donde guardar los generos y mercaderías, puestos á la pane del norte, y construidos con tal seguridad que no teman sus dueños asal- tos de ladrones. En orden á la fábrica se guardará el decoro quando las partes de ella correspon- derán al todo, de manera que en los edificios grandes lo sean también sus partes, pequeñas en los pequeños, y medianas en los medianos. La razón es, porque cierto seria cosa muy fea y desconveniente que en una fábrica grande fuesen reducidas las piezas; y al contrario, si un edificio pequeño se reduxese todo á dos ó tres piezas grandes. Por tanto debemos atender lo mas que podamos el estado de los que quieren edificar: no digo á lo que sus fuerzas alcanzan, sino á la calidad de la fábrica que les corresponde. Luego que la hayamos elegido dispondremos sus partes de manera que convengan con el todo y entre sí mismas; aplicandolas ademas los competentes adornos. No ignoro que los Arquitectos se ven las mas veces obligados á acomodarse á la voluntad y gusto de los que gastan su dinero, y no pueden hacer lo que quieren y convenia.

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