Los Antiguos acostumbraban calentar las viviendas en esta forma: hacian chimeneas
en medio con colunas ó modillones que sostenian los arquitrabes, encima de los quales sentaba la campana de la chimenea por donde salía el humo. Una de estas se veia
en Bayas junto á la piscina de Nerón, y otra no muy distante de Civitavecchía.
Quando no querían chimeneas dexaban algunos huecos ó canales en el grueso de las
paredes, por las quales el calor del fuego que se hacia baxo, subia y entraba en las
piezas por respiraderos que arriba se dexaban.
Casi del modo mismo los Trentos, ciudadanos de Vicenza, en Costoza granja suya refrescan las piezas en el estío. En los
montes cercanos á la granja hay muy grandes cuevas, á las quales los del pais llaman covales, y en otros tiempos eran canteras (de las quales pienso habla Vitruvio,
quando en el Lib. IL donde trata de las piedras, dice que en la Marca Trevigiana se
saca una que se corta con sierra como la madera) de las quales cuevas salen vientos fresquisimos.
Los referidos Señores, por conductos subterráneos que llaman veutiductos,
los conducen á sus casas, y por canales ó cañones semejantes á los antedichos esparcen aquel ayre fresco por todas las piezas, cerrando y abriendo á su gusto para tomar mas ó menos fresco tenor de las estaciones.
A la verdad, aunque esta gran-
ja es admirable por la comodidad referida, todavia la hace mas digna de verse y gozarse la cárcel de los vientos que hay en ella, la qual es una pieza subterránea que
construyó el Excelentísimo Señor Francisco Trento, y la llamó Eolia, adonde abocan muchos de los conductos referidos. En su construcción no perdonó gasto ni diligencia para que saliese hermosa, adornada y muy conforme con el nombre que
la impuso
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